Ya en uno de los primeros artículos os hablé un poco de lo grande y fantástico que es este parque, y desde que vivo aquí lo he ido a visitar varias veces (de casa me queda a unos 20 min. andando), y en cada ocasión se descubre algo nuevo, es enorme.
Visión del Ilm a su paso por el parque.
Como os conté, bordea el río Ilm (de ahí su nombre) y ocupa unas 60 hectáreas de terreno. La mayor parte es pradera (llano) y el resto caminos de tierra, pequeñas zonas boscosas y el río. Alberga distintos edificios de interés histórico y cultural, e incluso ruinas de edificios que ya desaparecieron. El más importante de los que aún sigue en pie, la casa-jardín de Johann Wolfgang Goethe (la figura más relevante de Weimar). De hecho fue este hombre de letras, al que además se le otorgó poder político en la zona, el que en 1776 rediseño el parque según el estilo Inglés.
Pero como descubrimos en la Romanisches Haus, donde hay una pequeña exposición sobre el parque, lo que hoy en día se puede ver en él dista bastante de lo que fue antaño. La mayoría de edificios fueron bombardeados durante la Segunda Guerra Mundial y, o bien se reconstruyeron, o han desaparecido o ahora son ruinas. Además la antigua organización de los parterres ha sido modificada en varias ocasiones.
La verdad es que nos enteramos parcialmente de la historia, pues la exposición estaba únicamente en alemán. De todas formas lo que nos quedó claro que en el parque hubo dos edificios muy emblemáticos: “Die Schnecke”, que ha desaparecido del todo, y “Die Tempelherrenhaus”, del que solo se conservan las ruinas de la portalada.
La Fürstliches Lindenhause o Die Schnecke (el caracol), una rocambolesca edificación que empezó a construir un tal Johann Mortiz Richter en 1650 bajo las ordenes de los nobles del momento, y que (si no me equivoco) nunca fue terminada. Buscaré mejor la historia de este extraño edificio y editaré este artículo porque no quiero contar nada que no sea cierto. Mientras os dejo un par de imágenes y os hacéis una idea.
Arriba ilustración de la época y abajo maqueta moderna.
Die Tempelherrenhaus (la casa de los templarios), construida en1825, fue un edifico neo-gótico concebido por Goethe (que formó parte de los masones) y durante muchos años fue usado como lugar de reunión para esta orden. Más tarde sería un edificio público usado con fines culturales.
Maqueta del Tempelherrenhaus.
Fotografía del edificio alcanzado en uno de los bombardeos de la II GM.
Las ruinas que podemos ver a día de hoy, la verdad es que es una de las cosas más chulas del parque.
Die Romisches Haus
Siguiendo con las excentricidades de los nobles y ricos de Weimar, cuyo espacio de recreación parece que se centró en el Park an der Ilm, nos encontramos con esta casa de estilo neo-clásico que pretende imitar una villa de campo Italiana.
Fue Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach en 1792 quien la mandó edificar para su propio beneficio usándola como residencia estival. Goethe, quien había viajado por Italia y conocía este tipo de arquitectura, supervisó la construcción a petición del Gran Duque.
La casa fue terminada en 1797. Desde su posición elevada se puede ver gran parte del parque.
Hoy en día el sótano de la casa se usa como museo y en la parte de arriba se restauraron paredes, suelo y techo, pero las estancias se muestran vacías. La exposición permanente sobre la historia del Park der Ilm que hay en el sótano es pequeña pero interesante, aunque solo está contada en alemán (ni siquiera inglés) con lo cual deja mucho que desear. Además nos cobraron 2 euros por la visita (y era la entrada reducida por ser estudiantes). No quedamos muy contentos, la verdad. Para lo que es y lo que cuenta y muestra (que bien se puede sacar de un libro), creo que debería ser entrada gratuita o a voluntad. Para el que quiera ir, debe saber que está cerrado en invierno, de Noviembre a Marzo.
En fin, os dejo que me voy a tomar un baño mientras contemplo el parque, ya os seguiré contando.
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