90 años de la Bauhaus

El pasado 1 de Abril empezaron los festejos en motivo del 90 aniversario de la Bauhaus. Como ya conté en este mísmo blog, Weimar fué la ciudad que acogió en sus primeros años a la famosisima escuela de arte, arquitectura y diseño fundada por Walter Gropius.


Las celebraciones se alargarán hasta Julio de este mismo año, aunque cierto es que la mayoría de los actos se llevaron a cabo los primeros días. Así que yo por mi parte me llevo un grato recuerdo de la ciudad y de las cosas que organiza la universidad.

Hubo varias fiestas en esos días, la primera en el MENSA (comedor universitario) dónde hasta nos dieron Bratwursts gratis. También pudimos ver la inauguración y el cambio de emplazamiento de las obras de la primera escuela Bauhaus, del pequeño Bauhaus Museum de Teather Platz al más grande Neues Museum Weimar. Dónde la verdá es que hay más espacio y pudimos contemplar mayor cantidad de obras.


En la parte de abajo de este museo se llevó a la realidad un proyecto de pequeña sala de proyecciones... algo que un estudiante diseño en los años 20 o 30 y ahora, 80 y pico años después, ha visto la luz. Allí se proyectaban videos, de distinta índole, de actuales estudiantes de la universidad Bauhaus. Entre ellos uno de Nana... jejeje! La verdá es ke cuando se pone lo hace bien :) Por otra parte, ahora en el pequeño queda una exhibición "The Bauhaus comes from Weimar", la cúal es básicamente un cómic de dimensiones gigantes que explica, solo en Alemán (gran fallo), los orígenes.

También se han realizado otra muchas actividades colectivas en motivo de la celebración, e infinidad de mustras y exposiciones de cada una de las distintas ramas que se trabajan hoy en día en la universidad. Como la exposición de materiales en la que participó nuestra amiga Anna, o la de "Mental Radio" desarrollada por algunos estudiantes de audiovisuales. En esta última había inventos extraños y originales, aunque un poco "en fase de pruebas". Podías tumbarte en una cama con dos electrodos en la cabeza y otro en la mano y apartir de ahí un ordenador captaba las diferentes energías de tu cuerpo y estas modificaban una línea de sonido. Había también otro cachibache curioso que era una especie de cinturón, con sensores y demás, y cuando respirabas hondo podías oir, a través de unos cascos el sonido del bosque y, si lo hacias más profundamente, de una tormenta, todo eso sentado en un tronco de madera a modo de taburete.


El colofón final (para mí) fué la noche del pasado sábado 4, justo después de esa genial tarde en el parque con todos los amig@s y el día antes de mi partida, dónde organizaron una especie de espectáculo-performance que nos dejó a todos encantados. Fué en la misma TheaterPlatz, a las 10 de la noche, con una temperatura estupenda. Nada más llegar vemos un montón de gente, hay músicos en directo y simultáneamente proyecciones sobre la fachada del edificio del teatro.

De seguido una cantante de tango en directo y algunas parejas bailando en el balcón y en la calle, pero en forma de sombras y de fondo una proyección... y la Luna allí arriba en el cielo, viéndolo todo.



A eso le siguió lo que yo entendí como una clase de representación sobre la trayectoria de los inicios de la Bauhaus. Un conjunto de gente ataviados con trajes típicos de la época llevan en alto pancartas y carteles reivindicando Más Imaginación, Más libre pensamiento, Más acceso al arte, etc. Són los profesores de la Bauhaus. Estan contentos, festejan y van avanzando por en medio de la gente con sus reivindicaciones bien altas, pero de golpe aparecen unos personajes vestidos de negro con grandes tambores y una melodía dura y repetitiva. A mi entender es la entrada al poder del partido nazi, con lo que todos esos personajes con trajes de los años '20 profieren gritos de horror, arrojan sus pancartas al suelo y salen corriendo en difetrentes direcciones. Todo esto ocurrió en el centro de la plaza, dónde están las esculturas en bronce de Goethe y Schiller.





A partir de ahí la puesta en escena se vuelve un poco más confusa, quizá porque se desplazó a otro lugar más lejos de nosotros. La questión es que a los pocos minutos ya empezaron otras cosas, aparentemente no relacionadas, como un hombre animando a los asistentes a dar palmas y luego, el que cantaría la canción de despedida, haciendo que la gente gritara Bauhaus y cosas así por zonas. En plan: los de mi derecha que digan Bau cuando hago así, y los de mi izquierda que digan Haus cuando hago asá y luego lo combinaba. Estubo gracioso.

Finalmente, como os digo, canción de despedida y créditos. Proyectados, como tantas otras cosas durante todo el espectáculo-performance, en las fachadas de los edificios circundantes. En todos los campos, pero sobretodo en cuanto a audiovisuales los típos llebaban un montaje impecable.



Ya os digo, no podía haber sido mejor mi última noche. Además vi otra vez a los amigos y me bebí un par de birras de las buenas, así que... ¿que más se puede pedir?

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The Bauhaus comes from Weimar exposición
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