martes, 30 de diciembre de 2008

Die Prinzen

En Alemania se hace música de todo tipo. Hay artistas de todos los estilos, más o menos buenos. Predomina, como casi en todos los países europeos, la música pop o rock-pop.

Pero dentro de este amasijo de grupos, más o menos pop, hay gente con trabajos muy personales, que no se dejan llevar por "lo que tiene que sonar" o "lo que vende".

Un grupo muy friki al que me he aficionado a escuchar últimamente es "Die Prinzen" (Los Príncipes). Digo friki porque empezó en los noventa y las pintas y los videoclips hablan por sí solas. Además cantan, con excepciones, A-capella (algo que nunca a resultado mucho en España) y sus letras son críticas e irónicas.

Este es el tema que más me gusta y el videoclip no tiene tampobo desperdicio alguno. "(Du musst ein) Schwein sein" ((Debes)ser un cerdo), 1995:



Empezaron en 1987 como "Die Herzbuben" y en el 91 cambiaron ese nombre al actual. El tema que les hizo más famosos fue "Gabi uns Klaus", 1991:



"Küssen Verboten" (Prohibido besar), 1992:



"Alles nur geklaut", 1993:



"Deutschland", 2001:



Muy bien! Espero que hayáis disfrutando de estas voces alemanas y de su música. Hala, ya podéis iros a la cama habiendo aprendido algo nuevo. :)

sábado, 20 de diciembre de 2008

Bamberg und Nurenberg mit Lisa

Viernes 12.

Lisa, nuestra compi de piso, nos ha invitado a su casa en Bamberg. Una pequeña ciudad al sur de Weimar, a unos 180 km. Así que nos levantamos, aún resacosos de la Christmas Party, y miramos los horarios de tren en Internet. Una vez sabemos la hora de partida y posterior llegada a la ciudad de Bamberg, preparamos las mochilas y llenamos una bolsa de tela con comida y bebercio.

Tres trenes y unas 3 horitas y pico más tarde llegamos a Bamberg, donde nos espera Lisa ya en la misma estación. Definitivamente viajar en tren por Alemania es muy caro, casi el doble que en España. Un tren directo Weimar-Bamberg (180km.) puede llegar a costar 60€, a no ser que lo cojas con mucha antelación o algún tipo de promoción. A nosotros, por ejemplo, nos sale por 29€, pero porque cogemos trenes regionales, mucho más lentos y con dos trasbordos de por medio.

Por raro que parezca, esto NO es una foto en blanco y negro.

Pero quejas ferroviarias aparte, el viaje pasó bien, comimos sushi, tortilla de papas y vimos correr por la ventana paisajes nevados. Bastante surrealista todo. Sobretodo de resaca, donde todas las cosas parecen tomar otra dimensión.


Lisa nos conduce al coche, donde está su padre y un amigo. Vamos hacia el centro. Aparcamos y damos una vuelta por allí. Ya es de noche, pero está repleto de gente. Seguramente la hora de más afluencia al mercado navideño. Son cerca de las seis y la mayor parte de la gente ya ha salido de trabajar. Instalado, como de costumbre, en la plaza principal de la ciudad, las luces, el bullicio de la gente, el olor a salchichas y a Glühwine inundan los sentidos de los transeúntes.

Visto el mercado navideño, donde nos comimos unas castañas asadas buenísimas pero algo escasas (debido a la ecuación precio-gramos), nos dirigimos hacia el "Altes Rathause" (el viejo ayuntamiento) y luego hacia el coche. Inaudito dicho edificio de la ciudad, jamás antes había visto un ayuntamiento ubicado en el bello medio de un puente. Sí, sí, no es broma. El río divide la parte de la ciudad donde está el monasterio y la catedral con el resto del pueblo. Sobre los cimientos del principal pilar que sustenta la pasarela, allí está el curioso antiguo ayuntamiento, con su gran portalada para que los viandantes puedan pasar a través de él, cruzando así, al otro lado del río. Aparte de eso, el "fresco" exterior que decora sus dos fachadas es uno de los más grandes de Europa, y seguramente del mundo.

Como era de esperar, a tan particular edificio, no le puede faltar una curiosa leyenda sobre su origen. Tal leyenda cuenta que a un lado del río vivían los nobles, los dirigentes y el clergado, y al otro lado vivia la plebe. Ésta última, harta por los impuestos abusivos a los que le sometían los otros, decidieron echar abajo el único puente que les unia. Así que las dos partes quedaron aisladas la una de la otra, el rio Regnitz las separaba. Duraron así algún tiempo, pero se dieron cuenta de que unos no podían vivir sin los otros, de tal forma que decidieron reconstruir el puente y, como símbolo de diplomacia entre las partes, el ayuntamiento se construyó en mitad de esa pasarela.

La luna estaba alta y grande, parcialmente cubierta por la neblina. Lucía soberbia encima del ayuntamiento, creando una estampa única. El frío apretaba y nos dirigimos, junto con Lisa y su padre, pasando antes por el supermercado, a su casa. Lisa estudia y enseña música, su padre es profesor de música, su madre es profesora de música y su hermano mayor, para variar, es también profesor de música. jajajaa... Llegamos a la casa, Lisa nos presentó al resto de su familia, nos acomodó en una habitación de invitados y bajamos a cenar. Yo preparé una ensalada sencilla, y comimos todos juntos mientras charlabámos en una mezcla rara de alemán, inglés y español. Pudimos probar comida turca. En casi todos los supermercados o centros comerciales un poco grandes de Alemania se pueden encontrar especialidades frías de "pickles" y guarniciones de estilo Turco. Madre mía si picaban, jajja!

Un poco de pan y embutido más tarde y cansados como niños chicos, deseamos buenas noches al personal y nos fuimos a nuestras camas de invitados en nuestro cuarto de invitados. Lisa nos ofreció varias películas, todas en alemán y muy pocas con subtítulos ni que fueran en inglés, así que acabamos viendo Lola Rennt (muy recomendable) en alemán. Yo encantadísimo. Nos dormimos enseguida.

Unos dulces que vimos en el camino de vuelta a casa. A Nana le chiflaron.

Sábado 13

Nada más levantarnos nos dimos una ducha rápida y bajamos a desayunar. Como buenos huéspedes nos amoldamos a lo que se ofrecía. En la mesa del comedor trabajaba incansable una máquina de café, así que me tomé uno. Muy bueno, no entiendo mucho de cafés pero estaba realmente rico. Lo acompañé con unas galletas navideñas, deliciosas también.

El coche de Lisa y la casa de su familia.

Rápidamente nos pusimos en marcha y nos dirigimos a la ciudad. Creo que no lo he contado antes, pero la casa de Lisa estaba en una aldea cerca de Bamberg, no recuerdo el nombre, pero era básicamente un sitio residencial. Lisa teía planes así que Nana y yo dimos un paseo de unas dos horitas por el centro. Tuvimos tiempo de ver la parte más nueva y la más antigua, y de entrar en unas cuantas librerías de segunda mano muy chulas.

Una zona de casas junto al río a la que llaman "la pequeña venecia".

En la parte antigua nos topamos con la "Schlenkerla Brauerei" (desde 1678), una de las siete productoras artesanales de cerveza que tiene Bamberg. Según ellos la más antigua y la primera en hacer la auténtica Rauchbier (cerveza ahumada). Sin dudarlo demasiado y a pesar de que aún teníamos el regustillo del café en la boca, decidimos que era el momento. ¿Quién sabía si volveríamos a tener la oportunidad? Así que nos metimos dentro y pedimos una birra. La camarera, que debía triplicarme en edad, como todo el resto de la clientela, nos trajo muy amablemente una Urbock Rauchbier Dunkel. (Eso es una cerveza oscura, ahumada y fuerte). Todo el mundo tomaba lo mismo. Toda esa gente de pelo blanco. Puede parecer broma, pero creedme que eran las 11 y media de la mañana y, aunque parezca mentira, casi todas las mesas estaban llenas, pero de gente de 60 años para arriba, incluidas las dos camareras. Sin duda una experiencia curiosa y única, una birra ahumada, que ya de por sí es más rara que un perro verde, rodeados de abuelos bebedores de birra y camareras con nietos... jajajaja!


Arriba. La "Brauerei" por fuera.
Abajo. La cerveza que nos sirvieron, una carta que cogí yo acerca de la historia de la casa "Schlenkerla" y los abuelos.


En fin, como se nos hacía tarde, salimos de allí, no sin antes comprarme, en la ventanilla que había en el patio interior, un par de botellas de otros tipos de Rauchbier de la misma Schlenkerla. Una Weizen y una Marzen (aunque luego vi que me habían dado una Urbock, pero fue culpa mia). Fuimos al encuentro de Lisa y volvimos con su coche a la casa, pues la madre nos había invitado a una comida típica bávara.


Bratwurst (salchicha alemana braseada) y Wienenwurst (salchicha blanca hervida al vapor) con "sauerkraut" y puré de patatas. Todo muy rico y consistente. De esas comidas que casi no te hace falta ni postre, más que nada porque no te cabe.

Durante la comida estuvimos hablando acerca de Franconia, la región en la que estamos. Sí, Bamberg forma parte de Baviera, que es Land (estado federado) más grande de Alemania, pero a su vez Baviera tiene distintas regiones, la del norte se llama Franconia. Y por lo que entendí, básicamente tiene sus peculiaridades que la diferencian del resto, como puede ser el acento de la gente y su simpatía. A rasgos generales podemos decir que, al igual que España, en el sur la gente es un poco más abierta y que muchas regiones tienen su accento o dialecto característico.

Una pegatina callejera que nos recuerda donde estamos. Seguramente con fines independentistas o de reconocimiento de la región como identidad propia.

Casi de corrido, preparamos alguna cosa y vuelta a Bamberg ciudad. Lisa tiene audición, así que nos deja en el "monasterio Michaelensis" y desde allí emprendemos nuestra ruta. El monasterio es enorme, con varios patios y jardínes. Y para variar es otra de las destilerías de cerveza artesanal de la ciudad. Hay incluso un museo dedicado a todo aquello relacionado con la produccion de cerveza en Franconia, pero por desgracia los meses de invierno permanece cerrado al público. (Algo que debeís tener muy en cuenta si visitaís Alemania en esta época del año). Desde la parte de atrás del monasterio, colgado encima de una pequeña colina, hay unas vistas únicas de Bamberg.

Arriba. Lateral de la iglesia del monasterio.
Abajo. Techo dentro de dicha iglesia decorado con pinturas de plantas medicinales, que además són biblicas.

Vistas desde la parte de atrás de l monasterio y hacia la ciudad.

Avanzamos camino de la catedral, eso es en dirección al centro de Bamberg, pero antes de llegar nos topamos con un pequeño mercado navideño dedicado a la artesanía. Nos metemos através de las distintas estancias que lo conforman, pues parece estar dentro de una parroquia. A mi parecer solo algunas cosas se alejan de lo habitual y son dignas de ver, como un hombre que dibuja pequeños cuadros de ratoncitos en escenas cotidianas que corresponderían a los humanos. Grabados con un estilo muy de cómic, pero con mucha personalidad en el trazo.

Saliendo de allí nos dirigimos a la Catedral de Bamberg. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, las primeras referencias de este templo datan de 1004 d.C. Es bastante majestuosa, como casi toda catedral, con sus cuatro torres, dos delante y dos detrás. Románica, las fachadas de piedra marrón claro y los techos verdes u oscuros. A mi lo que más me sorprende es que no sólo tiene un ábside en la cara opuesta a la portalada principal, sino que tiene dos, una al norte y otra al sur. De esta esta manera no hay una puerta principal sino dos, una a cada lado del primer ábside, una curiosidad al fin y al cabo.


Desde allí y una vez visitada por dentro, bajamos al centro. Compramos alguna postal y Nana prueba una especie de "croissant" típico de Bamberg. Nada del otro mundo, parece un "croissant", con gusto a "croissant", que huele a "croissant" pero que lleva menos levadura y es algo más denso, más consistente. Lo llaman "Bamberger Hörnchen". Está bueno.

A las 6 nos viene a recoger Lisa enfrente de la Catedral, volvemos a su casa y poco después volvemos a estar montados en el coche camino de Núrenberg. Esta vez conduce su padre, la madre de copiloto y Lisa, Nana y yo detrás. Ella ha quedado con unas amigas para verse allí y los padres aprovechan para cenar por allí. Cuando se hacen quedadas de este típo entre amigos o gente que comparte una misma faceta (por ejemplo con los del trabajo, los de inglés, etc.) y quedan periódicamente, por ejemplo el segundo sábado de cada mes, a eso se le llama "Stammtisch". Imaginaos si son ordenados estos alemanes que hasta pa quedar con las amistades fijan días al mes y todo. El vocablo de "Stammtisch" (tisch=mesa) viene de que antes (y aún en algunos lugares) siempre se reservaba una mesa ese mísmo día de cada mes a un determinado grupo de amigos, así siempre se aseguraban la mesa en el local que fuera.

La ciuda de Núrenberg, famosísima por ser sede principal del partido Nazi y por acontecer a posteriori los juicios contra los miembros de esta mísma organización, fué bombardeada hasta la saciedad durante la segunda guerra mundial. Por ello, prácticamente todos los edificios que se pueden ver son reconstruidos de hace bien poco. Se trata de una ciudad amurallada, con un importante casco antiguo dividido por el río Pegnitz.

En Núrenberg se hace uno de los mercados navideños más importantes de alemania. Uno de los más antiguos y probablemente al que más gente acude de todos. Tiene hasta nombre própio, Christkindlemarkt. Realmente hay mucha gente, el paso está estrecho, las chicas se agarran el bolso, la gente pide salchichas de Núrenberg (una especialidad autóctona donde la salchicha es pequeñita y muy especiada y grasa), los grupos de jóvenes (y no tan jóvenes) se emborrachan con el Glühwine, la gente parece estresada por comprar regalos y demás chuminadas navideñas,... Definitivamente veo todo aquello como un circo y prefiero quedarme a un lado, observando, que participar de él.

De izquierda a derecha: JC, Nana, Leonie y Lisa.

Esos tejados a rayas son las casetas del mercado navideño, no se puede ver pero entre ellas está abarrotado de gente.

Leonie, la amiga de Lisa, que vive en Nurenberg, nos lleva hasta la Fuente Hermosa. A un lado de la Plaza del Mercado, donde está instalado el gigantesco mercado navideño, una fuente en forma de pirámide, de casi 20 metros de altura, se alza majestuosa ante la muchedumbre y las casetas. El circuito de agua está apagado, pero seguramente la pila octogonal que tiene como pie, recoja una cascada de agua que baja por las 40 figuras de piedra que están dispuestas a 4 niveles. Alrededor de la fuente hay una verja. En el lado suroeste de la verja, en la parte superior, hay una anillo de color dorado, sin ninguna soldadura, que se puede girar. Dice la leyenda que quien haga girar 3 veces ese anillo mientras se pide un deseo, este se cumplirá. Es conocido como el "anillo del deseo". Los cuatro lo hicimos girar. Había hasta cola para subir al peldaño y hacer girar el anillo.


Nos separamos de Lisa y su amiga de la "Stammtisch" para reencontrarnos más tarde. Intentamos buscar un sitio decente donde sentarnos y tomarnos una buena birra calentitos. Entramos en lo que viene a ser la cervecería típica y más antigua de la ciudad. El sitio está repletito de gente, pero ante mi sorpresa nos ofrecen sitio, lógicamente compartiendo mesa con ortas personas (en las cervecerías es de lo más normal). Enseguida viene la camarera, que no solo no pone ni un ápice de paciencia para entender nuestro alemán de "guiris" sinó que se va ofuscada cuando le pedimos más tiempo para decidir. Los amables "herren und damen" que tenemos al lado empiezan a cuchichear sobre nosotros echando miraditas como si fueramos extraterrestres o algo así. Los precios de la carta son directamente abusivos (más altos que en Munich, Berlín o cualquier otro lado). La camarera impertinente vuelve en menos de dos minutos, miro a Nana y con la mirada me lo dice todo. Le digo a la camarera que se espere por favor, que estamos decidiendo, vuelve a irse de malos modos y sin pensarlo dos veces nos levantamos de nuestros asientos y nos vamos tal y como hemos venido. Quiero pensar que la situación se ha dado debido a que estamos en fiestas y con la acumulación de gente el servivio está crispado y tal, pero vamos que era para avisar a la jefa de sala para cantarle las cuarenta.

Finalmente, y tras recorrer varias calles, decidimos que lo mejor para nuestra economía y nuestro tiempo (habíamos quedado en brevas con Lisa), era algo rápido, como un "quebap" o así. Tuvimos suerte y encontramos un puesto de "falafel", pero ojo al dato, ¡egipcio y vegano! Muuy bueno, creo que de los mejores "Falafel" que he provado jamás. Las bolas rebozadas, aparte de garbanzo devía llevar espinaca o algo así porque eran prácticamente verdes.

Nos encontramos con Lisa, con sus padres y volvemos a Bamberg. Derechos a la cama.

Domingo 14

Nos levantamos a eso de las 9. Nos tomamos un cafelito de esos tan ricos y vamos a Bamberg en coche. Allí Lisa nos presenta a una chica mitá italiana mitá alemana y desayunamos todos juntos. Lo que bauticé como "un desayuno de huevos", pues básicamente eso es lo que comimos. A compañados de pan con mantequilla o lo que cada uno pidiese. Después de eso teníamos pensado ir a un castillo cerca de aquí, pero el tiempo se nos echa encima y Lisa dice que su madre nos ha preparado de comer. Así que damos una pequeña vuelta por la ciudad, pero pasando por otros lugares y además esta vez nuestra compi de piso nos va explicando aquello con lo que nos vamos encontrando. Comemos a las 12 y poco así que casi aún con el huevo en el gaznate nos comemos lo que tan amablemente nos ofrece la madre de Lisa. Ensaladita de pimiento rojo, arroz, verdura cocida, y algo de carne.

Una nueva prespectiva del "Altes Räthaus" sobre el puente.

Descansamos una horita, Nana está bastante cansada. Lisa prepara sus cosas y nosotros hacemos la maleta en un momentillo. Bajamos abajo, nos tomamos un café y nos despedimos de la familia de Lisa, con la que tan agradecidos nos sentimos por su hospitalidad. Nos montamos en el coche y hacemos una visita rápida al castillo de Altenburg, más cerca de Bamberg de lo que creía. Y más austero también de lo que imaginaba. No parece un castillo muy antiguo. Más bien parece una residencia de ricachones fortificada en lo alto de un pequeño montículo. Pero bueno, las vistas son chulas. Aún hay nieve de los días anteriores.

Pasarela para salvar el foso de la entrada del castillo de Altenburg.

Desde allí ya cojemos el coche y rumbo a casa, a Weimar. Por la autopista vamos observando el paisaje. Uno se da cuenta de las dimensiones reales del país, casi más que con el tren. Dos horas y media mas tarde, ya de noche, llegamos a casa. Hogar dulce hogar.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Worldvision and Christmas Party

Jueves 11. Todos los erasmus que conocemos, los que no y algunos infiltrados (esto también va por mí) se reunen en el Keller de la residencia de Hummel para celebrar una comida navideña y un gran concurso de villancicos internacionales.

Congregados a eso de las 9 de la noche, cada uno trae un plato de comida, a ser posible, típico de su país de origen. Aunque yo y Nana, previendo la cantidad de tortillas españolas que va a haber (pues la mayoría son erasmus de este país) decidimos preparar algo de sushi. La gente se lo curró mucho y había de todo, canapés, entrantes, ensaladas, platos calientes (memorable lasaña de algún italiano), y todo tipo de dulces y postres. Muy reseñable también el tiramisú de Daniele, no duró ni 2 minutos, jajaja. En fín, todo mu rico.

Me hubiera gustado preguntar a la gente sobre sus platos, si eran típicos y tal, y poderme apuntar algún nombre. Pero la gente estaba como loca por probar la comida de los demás y las conversaciones eran del tipo:

"-mmmm!- decía uno.
-mm, mmm... mm! - respondía el otro."

Así que nada, una vez la gente se había puesto fina, entre birras, vinos y popurrí de comida, apartamos las mesas a un lado y la gente se agrupó, más o menos por países para terminar de decidir cosas de su actuación.

El Worldvision fue un éxito. Me sorprendió el grado de implicación por parte de los asistentes, hubo quien realmente se lo curró. Sobretodo las organizadoras, los presentadores, el que hizo los trofeos, etc. etc. Un "Olé!" por todos vosotr@s! :) La verdá es que es difícil conseguir que la gente se reúna para otra cosa que no sea fiesta a secas, y ellas lo consiguieron.

Una lista grande en la pared, con los nombres de los 9 países participantes, dos trofeos, uno al mejor y otro al peor, distintas hojas de puntuación para que cada país votase a los demás y un montón de gente, más o menos nerviosa, por salir a cantar.


Personalmente me gustó mucho la actuación de Benelux, la canción empezaba suave y luego se tornaba una auténtica fiesta (aparte de que Keira tien una voz preciosa). Los italianos cantaron muy bien (hay que decir que casi todos estudian música), y fueron ampliamente aplaudidos. Polonia fue también muy divertido, e iban en plan folk, con sus pañuelos y sus faldillas largas. Ciertamente cada grupo tuvo su gracia. Miraros el video de Costa Rica de más abajo (jajja). En el momento en que salimos los españoles, que somos una buena tropa, armamos la de San Quintín. Cantamos el "Ande, ande, ande" y hubo gente del público que incluso se tapó las orejas... jajjaja! Jamás nos quitaremos la fama de escandalosos.

Como era de prever los ganadores fueron los Italianos, y el trofeo a los peores cantantes de villancicos fue para los españoles! Jjajaja... vaya risas!

Creo que no olvidaré esa noche en bastante tiempo...

Aquí los videos de las actuaciones. Sé que se ven fatal, pero por lo menos podéis oir las canciones, que viene siendo lo más importante.

France



Brasil



Benelux (varios países en realidad) :P



Poland



Italy



Deutschland



Chile



España



Costa Rica (live)



Costa Rica (studio)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Casa!

¿Os acordáis cuando érais pequeños y jugábais a pilla-pilla con los amigos en el patio del colegio? Llegar a la zona prefijada como "casa" era genial. Desde allí uno hacía burla a sus perseguidores. Allí uno no debía preocuparse por nada...

Cuando llego de un viaje, ya sea a mi casa o a la de mis padres, creo experimentar un poco aquella gratificante sensación de salvación. Aquí nada malo puede pasarme.

Está claro, esa seguridad aplaca del todo la aventura del viaje impredecible y espontáneo que tanto me agrada. Pero como buen amante, también, del equilibrio, una época de una cosa compensa (y se complementa) con una época de la otra.

He venido a pasar las Navidades con la familia y amigos. El suelo del aeropuerto de Fráncfort-Hahn solo me ha dejado pegar alguna que otra cabezada, así que llevo prácticamente 30 horas sin dormir. Pero bueno, nada que no cure la nevera-paraíso de mamá y una cama de las buenas.

Que bien se está aquí... como me gusta poder decir: ¡CASA! ... y "permitir que los sentidos descansen y se aquieten."


PS: Que raro se me hace poder andar por la calle sin morirte de frío, ver anochecer una hora más tarde y necesitar zapatillas para estar por casa.

Dj Xavier in der Plan Bar

Miércoles 10 de Diciembre. Xavi pincha en el Plan Bar.


Mítico bar para los estudiantes de Weimar. Archiconocido básicamente por estar enfrente de la residencia Jakobsplan. La ecuación es bien sencilla, nuesto colega pincha = allí estamos. Y si encima pone musicón pues mejor que mejor. Y si a todo ello lo aderezamos con una Agustiner Helles, una Kölsch y una Franziskaner Hefe-Weissenbier Dunkel, pues ya te cagas.

La pinchada bien, aunque el bafle de referencia se desconectaba todo el rato y no dejaba concentrar al Dj. Esos vinilos del Tresor y algunos temazos dieron buenos frutos. Lástima que el garito es de tan sólo sentarse, beber y charlar (como gusta por estos lares), y no de altavoces de 10.000 watios, dar botes y ponerse pedo. Pero tranquilos, esas ya llegarán... jejeje!



Las birras que me tomé, por su parte, muuuy, pero que muuuy bien. Creo que volveré a este Bar más de una vez. Tienen un surtido bastante competente. Nada más llegar de la calle con un frío del copón me pedí una Weissen Dunkel. Rico aroma bananesco. mmm... entró como agua bendita. Aunque creo que no era precisamente eso lo que producia esta abadía de franciscanos. Al rato pude probar la Agustiner Lager Helles, otros monjes que hacen birra, ala! Y yo que cuando era joven odiaba la religión... que tonto! jajaja. Bueno una Helles con muuucho cuerpo, puede incluso llegar a recordarte un poco a las de trigo, aunque no lleva, y está claro que en esta famosa (aunque apenas conocida fuera de Alemania) "brauerai", tienen su propio estilo. Muy buena, aunque algo cara, imagino que por su renombre. Finalmente y por curiosidad quise probar la Kölsch, así me ahorro ir a Colonia pa catarla... Servida en un vaso de tubo más pequeñito de lo normal, el sabor era muy característico. Su color y su apariencia cristalina nos hace pensar que encontraremos el típico amargor del lúpulo y la Lager normal, pero al tratarse de una Ale los sabores se suavizan y parecen durar algo más en la boca.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Bauhausstrasse Party

Están las fiestas erasmus, están las fiestas universitarias y también están las fiestas donde se junta todo dios.

El pasado viernes por la noche se montó una de las últimas. Yo aún sigo sin saber el motivo de que se montara una tan gorda, pero creo que entre los universitarios eso es lo de menos. Si hay fiesta hay fiesta y sansacabó.

Uno sale de su casa pensando ir a tomar algo... quizá encontrarse con algunos amigos, y entonces un rumor de fiesta llega a tus oídos y no te queda otra opción que ir a ver lo que allí se cuece. Llegas al lugar, ves un montón de gente con ganas de pasarlo bien, birras a 1 euro, buena música y ya no hay marcha atrás. En el caso del pasado viernes, Ehringsdorfer Urbräu (una hell regular), música remember (90's) y quedarse hasta las 4 o las 5.

El lugar era extraño, parecía un garaje de dos plazas y un patio trasero. En el patio habia setos, algún árbol, una hogera en un bidón y una espécie de portal de belén donde vendían un vaso de glühwine a 50 céntimos. Bastante surrealista todo. No sé como no vino la policia alarmada por las quejas de los vecinos.

Fuera hacia frío y dentro se estaba muy apretado, pero era preferible lo segundo y allí estuvimos la mayor parte de la noche. El banco que nos servía de podium acabó partiéndose y la gente seguía bailando y botando encima de él, estuvimos hablando con gente embriagada y en definitiva nos echamos unas risas. Fue una buena fiesta.

Caaatzooo! Due sigaretta!! jajja!

Ese Xavi!!
Vinícius cayéndose.

Pareja podium.

Contentos estarán los dueños de esas pinzas de tender la ropa. Jajaja!

Haddaway parece perseguirnos con su"What is love?"

Versión rara y remezclada de "It's my live" de Talk Talk + gritos de jubilo de la gente. XD

martes, 9 de diciembre de 2008

Jena

El pasado viernes día 5 hicimos una excursión a Jena, una ciudad vecina que está a escasos 15 min. en tren.

Jena tiene aproximadamente 100.000 habitantes, por lo tanto, es algo más grande que Weimar. Luce, además, un aspecto de ciudad moderna, con más centros comerciales, tiendas variopintas y no tanto edificio histórico y clásico. Pero las poquitas cosas que se van encontrando en un paseo por el centro, algún trozo de la antigua muralla, alguna de sus torres, las iglesias y la plaza del mercado, son también dignas de ver.

Jena y Weimar están intrínsecamente relacionadas, fueron las dos ciudades más importantes de la Ilustración alemana. Que culmina alrededor de 1800, cuando la corte, la Duquesa Ana Amalia y su hijo, el duque Carlo Augusto, residen en Weimar y Jena albergaba la universidad más importante de toda Alemania en aquel entonces.

Escudo de la ciudad->

Los duques llevaron un régimen absolutista ilustrado y muy liberal, que propició el desarrollo de toda una constelación de personajes famosos e ilustres, como Goethe.

La universidad de Jena fue una de las primeras en Alemania. En 1548, la orden de monjes Ernestinos, por diversos conflictos bélicos, deciden trasladarse desde su antiguo emplazamiento de Wittenberg a Jena. Diez años después, en 1558, Fernando I de Habsburgo le concedió el estatus de Universidad a la, hasta entonces, llamada Hohe Schule (Colegium Janense).

Dibujo de Jena en 1720.

Goethe, gracias a su influencia en la corte, y apasionado también por todas las materias científicas que allí se impartían, consiguió, junto a otros ilustres personajes, convertirla en la universidad más prestigiosa del momento. Fue, por ejemplo, en 1784, cunado Goethe y el profesor de medicina Justus Christian descubrieron, en el Instituto de la Anatomía de Jena, el hueso “incisivum” en el hombre. Dicho descubrimiento representó uno de los primeros ejemplos de investigación científica racional. Además, antes del descubrimiento la carencia de este hueso había sido un argumento en contra del parentesco entre hombre y animal. Entre algunos de los ilustres de esta época se empezó a gestar la idea de que todas las especies compartían el mismo origen, teoría que Darwin presentaría 100 años más tarde, ya con pruebas más sólidas.

Lo más destacable de Jena, a día de hoy, es su Universiadad y la industria óptica y farmacéutica.

La Friedrich-Schiller-Universität Jena (FSU; Alma Mater Jenensis) es la universidad más grande e importante de Turingia. Diez facultades, 120 carreras y unos 21.000 estudiantes en 2006. La facultad de medicina, sin duda la más prestigiosa, gestiona el Klinikum der Friedrich- Schiller-Universität, un gran sistema de hospitales especializados (22 clínicas y 27 institutos). A esto hay que sumarle una universidad de ciencias aplicadas, la Fachhochschule Jena (FH Jena). 22 carreras universitarias (técnicas y sociales) y más de 5000 estudiantes.

La industria óptica nace en Jena de las manos de Carl Zeiss (1816-1888). Este hombre que había sido hasta la fecha mecánico, pero también constructor de lentes, estableció un pequeño taller en la ciudad con el fin de mejorar sus habilidades como mecánico óptico. Fue así, y gracias a la influencia de la universidad que poco a poco se hicieron famosos sus microscopios. El taller se convirtió en fábrica y al poco, también con el apoyo y las investigaciones de profesores de matemáticas y físicos de la universidad, como Ernst Abbe, Carl Zeiss se convierte en el mejor productor de microscopios, telescopios, proyectores de planetarios y objetivos fotográficos del mundo. En la actualidad la fábrica Carl Zeiss sigue funcionando y es una de las más reconocidas marcas de tecnología óptica y láser. Se le suma la empresa Schott Jenaer, que produce cristales especiales.

La industria farmacéutica, mucho menos relevante históricamente, nació con la ocupación soviética en el 45 y ha seguido hasta ahora, cobrando relevancia poco a poco y una vez más gracias a la influencia de la universidad.

Os seré sincero, el otro día cuando fuimos allí, a eso de las 12, porque con este frío no es cuestión de madrugar, no sabía ni la mitad de todo lo que os he contado ahora. Muchas veces me pasa eso, voy a una ciudad, luego me intereso por su historia y pienso que ojala lo hubiera aprendido antes de ir, o estando allí, no cuando ya me he ido. Pero por otro lado es como leerse un libro y dejar para el final el prólogo. No vas con ideas predispuestas.

Según mi amigo Raül, si piensas eso lo mejor es que te leas el libro, luego el prologo y luego te vuelvas a leer el libro. Lo que equivaldría a ir a la ciudad, luego aprender su contexto y su historia y luego volver a visitarla. Un poco trabajoso y, en algunos casos, difícil de llevar a cabo, pero al fin y al cabo una posible y muy válida solución. En todo caso dependerá de lo que te apetezca profundizar en dicho libro o en dicha ciudad.

Pero bueno, volviendo al tema, la visita estuvo muy bien. Se vinieron con nosotros Silvia y Daniele. Desde la estación, un poco alejada del centro, logramos orientarnos para llegar a él. En parte gracias a el JenTower. Una torre cilíndrica y de color plateado, de 159 metros de altura que se debe ver prácticamente desde todos los sitios de Jena. Este edificio se construyo en la época de la RDA y e iba a ser para la fabrica Carl Zeiss, pero finalmente como torre de la universidad. El pueblo la llama también “Uniturm” o “Keksrolle” (rollo de galletas).

Caminando hacia allí nos topamos con un gran proyector de planetario. Ahora en el interior de un centro comercial, pintado, puesto sobre un pedestal y con un anillo de dibujos y textos explicativos, este proyector estuvo situado en la cúpula de un observatorio en el techo de la fábrica de Carl Zeiss en 1923, formando parte de lo que se convirtió en el primer espectáculo planetario del mundo. Funcionó cinco años, hasta que en 1926 se fundó el Carl-Zeiss-Planetarium-Jena, el planetario más viejo del mundo.

Zeiss Planetarium Projector.

Diciembre es época de mercadillos navideños, así que vimos el que allí se monta, un poco más grande que el de Weimar. Nos metimos una “currywurst mit pommes” (salchicha alemana con curry y Ketchup y patatas fritas) y una Köstritzer Pils entre pecho y espalda. Y un poco más tarde compartimos un Waffel con Nutella. En definitiva, lo que le gusta comer a esta gente cuando salen de su casa. Weihnachtsmarkt in Jena.

Estuvimos mirando chuminadas por el mercadillo y Silvia y Daniele se volvieron a Weimar. Nana fue a visitar una exposición de pinturas en el museo de la Ciudad y yo preferí dar una vuelta algo más amplia por la ciudad. De lo más destacable que pude ver, una tienda de productos Españoles y de Portugal, donde compré, cual nostálgico, un par de mantecados; un trozo de la antigua muralla con la “Johannistor” y la “Pulverturm” (torre de la pólvora); y un bareto/centro alternativo que me recordó a los que hay en Berlín: llenos de pintadas y carteles, seguramente antiguos centros okupados, en los que ahora además de tomarte un café o una cerveza, se hacen conciertos acústicos, exposiciones o demás eventos culturales alternativos.

Pintadas en las fachadas del patio del centro alternativo.

Pulverturm y JenTower. Edad media y siglo XX.

Al rato recogí a Nana, dimos alguna vueltecita más y nos fuimos a la estación y para casa. Mientras esperábamos el tren entramos en una tienda de modelismo muy chula que hay anexa a la estación. Tenían hasta el más mínimo de los detalles para realizar tus maquetas de trenes. Muy friki, sin duda.

Dos últimas curiosidades históricas relacionadas con Jena y con Carl Zeiss. Jena fue la primera ciudad de toda Alemania donde se construyó, gracias a la expansión de la fábrica Carl Zeiss, un rascacielos parecido a los de la arquitectura americana de la época, el Bau 15, en 1915.


El segundo dato histórico y curioso es que Ernst Abbe, el físico que ayudó en el desarrollo de las lentes de Carl Zeiss, hijo de una familia pobre y teorético de la reforma social, consiguió que los trabajadores de las fábricas Zeiss y Schott trabajaran solo ocho horas al día, disfrutaran de períodos de vacaciones, de seguridad social y de derechos laborales. Algo bastante inusual en 1891. También gracias a la influencia de Abbe se inician muchos proyectos educativos, sociales y culturales de utilidad pública, en algunos casos fomentados por las fábricas.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Street Art IV: más visiones en forma de pegatina

Colocadas en cualquier sitio de la calle. Reivindicando, ensuciando, haciéndonos reír, molestando, insultando, motivando, provocando, mostrando... esperando ser vistas, comentadas, arrancadas, fotografiadas, denunciadas...







Ya me diréis cual os gustó más.