domingo, 25 de enero de 2009

¡Mari y Fer de visita!

Había una vez unos amigos de Granada, Mari y Fer, que vinieron a Weimar para visitarnos.

Llegaron, una bonita y soleada mañana de Enero, montados en un tren. Nana fue a por ellos a la estación. Venían desde Berlín, donde habían pasado unos días en la casa del primo de Fer. Sus caras expresaban el contento de aquellos que están experimentando y viendo cosas nuevas.


Después de comer, descansar, asearse y demás necesidades del viajero, salimos a la calle para mostrarles algo de la ciudad. A pesar de que no se veía gran cosa, pues ya era de noche, la ciudad pareció gustarles. En contraposición con Berlín, aquí encontraron una Alemania más típica, más clásica como dirían los propios alemanes. Esa noche cenamos en una de las mejores pizzerías de Weimar (no por cara, sino por auténtica) y luego nos fuimos a derribar bolos. Sí, ya lo sé, no fue una noche muy alemana, pero lo pasamos genial. Degustamos cervezas locales y Mari nos demostró que no se necesita ni mucho estilo, ni mucha fuerza para ganar a los bolos.

Al día siguiente todos nos levantamos a una hora razonable, ni muy pronto ni muy tarde, y desayunamos poderoso, largo y tendido. Preparado todo el mundo, salimos a la calle de nuevo. Esta vez el astro rey dominaba la bóveda celeste y nuestros invitados se entretuvieron con cada detalle nuevo que se les mostraba. Sacaban fotos sin cesar y nosotros les contábamos cosas relacionadas con lo que estaban viendo. Pasamos el parque de al lado de casa lentamente como sólo lo había pasado la primera vez que lo pisé, curioso.

Tentando a la suerte...

Nos dirigimos hacia el centro y entonces fue cuando entramos en aquella tienda de bichos y minerales. Yo, que andaba un poco rezagado, fui el último en entrar, y cuando lo hice vi que la mujer que regentaba la tienda hablaba con Fer. Éste sostenía en su mano izquierda una cucaracha (Blattodea) bastante grande, casi como su palma de larga. La mujer le contaba algo en alemán, y Mari ponía cara de horror. La cucaracha buscaba una salida y puse mi mano extendida junto a la de Fer. La cucaracha cruzó. Sus patas eran delgadas y solo apoyaban unos pequeños puntos sobre mi palma, pero se notaban fuertes y firmes. Me resultaba un tacto a medio camino entre desagradable y "cosquilloso". Creo que fue la primera vez que sostenía así una cucaracha, por lo menos una de tal envergadura. Era la típica que sale en las pelis americanas, negra y marrón. Con sus antenas palpaba e investigaba la superficie de mi mano, ya que las cucarachas ("Kakerlaken" en alemán), como muchos otros bichos, son más ciegas que un topo. Nana tampoco quiso tocarla. Se la devolví a la señora y esta la guardó cuidadosamente en su terrario, con sus crías. Las cuales dormían apaciblemente en pequeños cilindros huecos, todo ello encima del calor del radiador.
La mujer era una apasionada de los insectos y los minerales. Tenía una respuesta para cada cara de asombro de sus clientes, por desgracia no la entendía del todo, a pesar de que intentaba que su alemán fuera lento e impecable. Recorrimos la tienda y cada objeto era un mundo. Me pareció estar en el museo de las cosas pequeñas, a las que no siempre les damos importancia, pero que llevan en la tierra muchísimo más tiempo que nosotros. Y que seguramente seguirán aquí cuando nosotros nos hayamos ido. Me avergoncé un poco de declararme un fan incondicional de la naturaleza y no saber casi nada de todo aquello que me rodeaba. Pero bien, eso me sirvió de lección, algo para dar el siguiente paso.



En fin, volvamos a la historia. Aún tuve la experiencia de sostener a dos bichos más sobre mi mano, un insecto palo (Baculum Extradentatum) y un insecto hoja adolescente (Extratosoma Tiaratum). A cada cual más raro. Las sensaciones parecidas a la de la cucaracha, aunque el insecto hoja tenía un curioso ir y venir al andar y sus patas y barriga tenían pequeños y rasposos sistemas de agarre, de tal forma que aunque girara la mano, el bicho seguía allí pegado. Mari se llevó una mariposa y Fer una cucaracha. Salimos de la tienda amando el mundo.

Avanzamos por la ciudad hasta llegar al Parque del Ilm, pasando por su entrada al lado del comedor universitario (MENSA). Allí mismo, tan solo a unos metros hay un cementerio comunista ruso y, un poco más allá, las ruinas del castillo templario. Ambas cosas les parecieron interesantes y curiosas. Nos adentramos un poco más en el parque para que pudieran ver su envergadura, pero el frío, aunque no era muy intenso, empezaba a dejarse notar. Todo el suelo estaba cubierto de nieve, ahora convertida en hielo, lo que me recuerda el guarrazo que me pegué de un resbalón. Jajajaja…! Sí, me caí, por suerte apenas me hice daño, bueno el codo sí que sufrió un poco. Dolencia que alivié aplicando otro poco de nieve-hielo en la zona. Irónico.



Momentos antes de "el gran guarrazo"

Dejando el Parque atrás, volvimos al centro. En la plaza del mercado había los típicos puestos ambulantes de “bratwursts”, y nos comimos uno por cabeza. Calientes por dentro, decidimos meternos en algún lado para calentarnos también por fuera, y Nana nos enseñó la biblioteca universitaria y el estudio de fotografía, también de la universidad. Muy interesante todo, y muy gratis también.

Luego fuimos a tomar un café al M18, un edificio anexo a la universidad. Donde hay residencia, comedor, cafetería y de vez en cuando hacen fiestas y demás actividades. Nunca había ido durante el día y fue curioso ver como allí se reunían los estudiantes, en grupos, alrededor de una mesa, para trabajar en sus proyectos mientras se tomaban un café, un chocolate o una cerveza. Así, rodeados de portátiles y estudiantes aparentemente atareados, se nos hizo de noche.

Antes de volver a casa fuimos a ver la exposición de trabajos de los "erstsemesters" (los que acaban de empezar la uni), que exponían en otro de los edificios de la universidad. Había un poco de animación, videoarte, diseño gráfico, fotografía e instalación. Nada muy sobresaliente, algunos pésimos, pero la mayoría estaban más que correctos, bajo mi opinión, claro.

Ya por la noche fuimos a comprar al super y Fer nos preparó pasta con cebolla, champiñones y choricillo. Muy rico. Todo eso acompañado de una rica Paulaner Hefe-Weizen, o dos. Hubo una larga sobremesa, de esas "typical spanish" que tanto nos gustan, y luego nos aventuramos de fiesta.

Los mismos que habían montado las exposiciones, y otros muchos que no, celebraban que habían terminado el semestre bebiendo cerveza y bailando. La fiesta era en el Kaseturm, había dos salas con distinta música y pagamos 3 euros de entrada. Allí estuvimos botando y haciendo el tonto hasta que nuestros cuerpos dijeron basta. House, Techno, funk y finalmente Break Bit.

Al día siguiente nos levantamos bastante tarde. Y ya se sabe que pasa cuando te levantas tarde por estas tierras teutonas en invierno: que te quedan poquitas horas de sol. Era un viernes que parecía un domingo, perreamos bastante. Aún así no quise saltarme mi entreno, mi ducha y mi buen comer. Nana estuvo trabajando en un video que tenía que presentar en la universidad y Mari y Fer fueron a comprar los ingredientes para la pizza de la noche y algunos regalos para sus allegados.

Cuando volvieron a casa, Mari cortó los ingredientes que iban a cubrir la pizza y Fer se puso a preparar la masa. Él me enseño paso a paso como hacerla, y yo, como tengo una memoria fugaz y olvidadiza, decidí registrarlo todo con la cámara. Acabó siendo un reportaje, como no podía ser de otra forma, un tanto chistoso. Entre videos, Paulaners, harina y risas, la pizza quedó hecha en un periquete, o eso nos pareció a nosotros. La comimos, estaba riquísima, y volvimos a hacer alarde de nuestras dotes españolas a la hora de alargar las sobremesas.

Aquí la receta, y aquí el reportaje de Callejeros: como hacer massa de pizza ("pihsa" en granaíno) 1, 2, 3, 4 y 5.

Acto seguido, nos abrigamos un poco y salimos a la calle. Una fiesta en el "E-werk" nos esperaba. La última vez que habíamos estado allí había sido un fiestón, con mayúsculas. La sala, la música y el ambiente nos habían parecido inmejorables. Esta vez tampoco estuvo mal, pero había bastante menos gente y la música nos falló un poco gracias al dj Boring, que te ponía una buena y tres reguleras. Pero bien, estábamos nosotros y eso ya eran unas risas. También encontramos allí a varios de la peña erasmus. Remarcable el nivel de alcohol en sangre de Xavi y Francesco, con los que estuvimos haciendo el memo, me lo pase teta. También había unos cuantos alemanes bastante afectados y la liaban parda. Los de la sala habían colgado cartones con planetas y cohetes dibujados, en plan decoración espacial, y la gente se dedicó a descolgar algunos y a lanzarlos de un lado a otro. Aún me extraña que nadie saliera herido esa noche. A las cuatro o por ahí se terminó la música, nos despedimos de algunos amigos y volvimos a casa.

Una canción buena...

y tres malas.

Fer y Mari ya tenían casi todo listo para salir por la mañana. A las siete debían levantarse para estar a las 8 en la estación. Dormimos esas escasas 2 horas y media y les acompañé a coger el tren. Me despedí de ellos y me volví a casa y, de un bote, otra vez a la cama.

Y así, con un tren que llegó y un tren que se fue, empezó y terminó la historia de cuando Fer y Mari estuvieron de visita en Weimar. Espero que se lo pasasen tan bien, o más, como nosotros lo pasamos. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

no se como seria la musica de esa fiesta...,lo que si se es el "pedazo" de CDs que me grabaste en Navidad de música House BUENISIMOS!!!!!! la Fiesta Electrónica subida al step es una caña!!!!(i marujeando también,je,je...)

Anónimo dijo...

Saludos, oh mi maestro de reportero! Jejeje.

Muy bien explicada la historia de la visita tio, lo que yo te dije...al final novelista!
Por cierto, los vídeos de la pizza se oyen de coña, pero la imagen es oscurísima :S Les tengo que pegar un vistazo a fondo n_n

Un abrazote y saludo arcano!

JC : dijo...

pues sí, los videos quedan muy oscuros, es mitad culpa de la iluminación del momento y mitad culpa del youtube, que no se pq, cuando los subo quedan más oscuros...

en fin, malegro de que te gustara el relato :P

Anónimo dijo...

Acabamos de ver la historia nos ha gustado mucho mucho muuuuucho,jajjaja.Es cierto...nos lo pasamos muy bien esperamos repetir pero seguro camiará el pais.Os quieroooooooooooo¡¡¡mua¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡