viernes, 31 de octubre de 2008

Noche de Halloween y rave en el e-werk

Todo el mundo sabe que la noche de hoy, viernes 31 Octubre, es la más concurrida de todo el año en el cementerio.

Miles de cuerpo fallecidos, en putrefacción o totalmente descompuestos, salen de sus tumbas, fosas o cámaras refrigeradoras y se dirigen de forma consciente (o no) hacia los núcleos urbanos.

Los hay de todas clases, con buenas y malas intenciones, igual que en el mundo de los vivos. Pero la mayoría, ante la única noche del año de la que se les permite disfrutar de los placeres mundanos, se olvidan de sus trifulcas personales y optan por salir de fiesta, emborracharse, y con un poco de suerte, saciar sus deseos carnales con algun@ de sus congéneres, ya sean vivos o muertos.

Salimos de casa y pasamos a recoger a Xavi, Anna y Francesco por Jakobsplan (donde vive Xavi) y desde allí nos desplazamos a Hummelstrasse. Siguiendo la costumbre en este tipo de reuniones juveniles, charlamos y bebemos, pero algo raro se percibe en el ambiente.

No es una noche como otra. Hay una excitación extraña entre los presentes. Silvia parece padecer los primeros síntomas. Algunos la miran con cara extraña y a otros les arranca una carcajada. Yo la miro y sinceramente me da miedo la profundidad de sus ojos. La piel se torna blanquecina, los ojos se ven rodeados de oscuridad y finalmente aparece la sangre.

No pasará mucho rato hasta que empiecen a aparecer los segundos afectados, y después los terceros, y así consecutivamente. Pocos de los individuos presentan inmunidad ante tal afección. Cortes en la cara y en el cuello, heridas mortales, insignias macabras, cortes en las muñecas, mordeduras de colmillos, señales de canibalismo, … Casi sin darnos cuenta, paulatinamente, lo que había sido un simpático grupo de jóvenes charlando y bebiendo, se convirtió en un tropel de muertos vivientes dispuesto a destripar lo mejor de la noche.

La masa informe de brazos, piernas, cabezas y cuerpos deambuló por las calles llenas de oscuridad y niebla siguiendo un rumor de fiesta, seguramente dejando un rastro de sangre a su paso. En ningún momento pasaron desapercibidos, sus palabras sonaban fuertes, en un idioma extraño para los habitantes de ese pueblo. Y además uno de los individuos profería uno de los gritos más agudos que he oído jamás. Debió poner los pelos de punta a más de uno que hasta ese momento se sentía seguro en el interior de su casa.

Yo estaba allí, entre ellos. Y al igual que ellos me sentía empujado al hedonismo más salvaje. ¿Cómo podía formar parte de esa metamorfosis tan terrorífica? ¿En que momento me había convertido en muerto sin apenas darme cuenta? ¿Volvería a recobrar mi aspecto normal o terminada la noche me vería sepultado bajo una montaña de tierra húmeda de la que no podría salir hasta que pasara otro año entero? Lo cierto es que ya durante la semana, no recuerdo muy bien el día, había sentido fallecer la cabeza. Como si ésta no formara ya parte de mi cuerpo, pudiéndome arrancarla y volverla a poner a sitio a placer. Todo era muy extraño. Las dudas se me acometían como siempre, a borbotones y dejándome sin aire para respirar.

Pero esta vez pronto acallaron las voces. Quizás ensordecidas por la música electrónica retumbando en el interior de mi cabeza y caja torácica. Estábamos en el “e-werk”, un conjunto de locales dedicados a exposiciones, pases de cine alternativo y, eventualmente, fiestas como la presente.

Lo bueno de ser noche de Halloween es que los mortales piensan que solo es un disfraz, una careta o un maquillaje. Quizás se te queden mirando unos segundos… mientras sus pequeñas cabecitas, repletas de suculento cerebro, intentan adivinar si es un disfraz o es que eres así de feo. Yo lo solucionaba rápido, una sonrisa macabra, un golpe traicionero en la nuca y al baño. Entre las cuatro finas paredes donde están los váteres, succionaba sus masas encefálicas con una voraz hambre animal. Para disimular los cadáveres cogía algunas prendas del guardarropas (que por cierto era gratis y accesible para todo el mundo) y se las colocaba. Después lo apoyaba hacia un lado, sentado en uno de los sofás oscuros que había cerca de la salida. Al final de la noche tuve que buscar otros métodos para esconder los cadáveres, pues ya tenía todos los sofás ocupados.

En la pista de baile, con las luces, éramos prácticamente igual que los mortales. Compartíamos las notas musicales y danzábamos de forma parecida. Algunos de ellos incluso se dejaron embaucar y fue una extraña noche en la que parece ser que muchos disfrutaron de los placeres carnales. Y esta vez no me refiero a comer precisamente cerebros.


No sé si fue por estar muerto, pero fue una de las mejores noches de fiesta desde que me hayo por estas tierras teutonas. La música excelente: Había como 4 o 5 personas dándolo todo enfrente de sus portátiles y equipos de mezclas. Incluso había un mortal que soltó unas voces un par de veces y otras tocando la corneta. El lugar inmejorable: Una fábrica llena de llaves de paso, tuberías con indicadores de presión, cubetas gigantes,… todo bajo una luz oscura y puntuales flashazos luminosos. Cada vez que Manuel (otro afectado) y yo nos cruzábamos, aparte de muchas otras paridas, me decía: “Yo estoy muerto” señalando la inscripción de R.I.P. que le había aparecido en la frente. Yo me reía, pero por mis adentros pensaba, “lástima, un cerebro menos al que hincarle el diente…”
La cosa terminó a eso de las 4 de la madrugada. Con la apertura de luces del local algunos mortales vieron nuestras caras. Se dieron cuenta de con quien habían estado bailando y observaban extrañados, quizá demasiado afectados por el alcohol como para salir corriendo. Pero quedábamos pocos y los síntomas de nuestra afección parecía que iban en detrimento.

Finalmente al llegar a casa me miré en el espejo y me lavé la cara un par de veces, tenía ya mejor aspecto. Acabé tumbado en mi cama de mortal y no en una sepultura como había llegado a imaginar por la noche. Ahora tenía dos horas para dormir y a las 7’00 en pie, pues nos íbamos a Leipzig. Ese día si que fue de muertos vivientes…

FIN :P

Hoy Mega-bunus-track. Video del peazo de fiestón! (os recomiendo que bajeís el volumen de los altavoces) jajjaja!



jueves, 30 de octubre de 2008

Octubre termina con Nieve

En algún momento de la madrugada, mientras dormíamos, este inusual acontecimiento climático (sobretodo en Octubre) se ha presentado en el cielo weimarés. No sé a que hora habrá empezado el espectáculo, pero seguro que ha dejando atónito a todo aquel que al despertarse mira hacia algún otro lugar que sus propios pies.

He salido a la calle y ha sido divertido, por lo menos al principio, luego empieza a calarte el frío en pies y manos hasta que no te los sientes. Jejejje!

A las 2 del mediodía todo ha cesado y como los termómetros todavía no marcan temperaturas negativas, la cosa no ha cuajado. Ciertamente no eran grandes copos e incluso algunos eran poco más que aguanieve, así que era previsible que no quedara ni rastro de ella en cuanto acabara de caer.

Esta semana está siendo bastante tranquilita. Se acaba el mes, Kana pronto sigue su camino, y yo siempre me busco cosas para hacer.

El sábado pasado le llego a Nana una caja con ropa y comida. Nos hizo mucha ilusión, sobretodo cuando esa tarde pudimos comer ¡tostadas con tomate, aceite de oliva y jamón! Casi se nos cae la lagrimilla. ¡Que bien se come en España joder! Jajjaa! También había queso, paté, chorizo, Cola Cao, atún y alguna cosilla más. ¡Gracias Carmen!

El martes fue día de colada, eso representa coger la bici e ir hasta la lavandería, pagar, etc. Por lo menos pude aprovechar mientras se lavaba la ropa para ir a abrirme una cuenta en el Deutsche Bank. Aunque no tengo ni un duro para meter allí, por lo menos si necesito hacer alguna gestión o consigo un trabajo, pues una cosa menos a hacer. Convencí a la chica de que me hiciera una cuenta joven (no te cobran comisión) si no me costaba como 5 € al mes. Anda que no son listos los putos bancos. Y lo bueno es que si llevas a otra persona te hacen un regalo. Hicimos como si Nana me llevase a mí y ahora tenemos que elegir un obsequio (no son gran cosa pero algo es algo).

Ayer miércoles fui a comprar alga Nori, salsa de soja Kikoman y alguna cosilla más para cocinar por la noche. A eso de las 8 hicimos una cena de despedida a Kana. Yo hice makisushi y pollo teriyaki y Nana, además de ayudarme preparó también unas bolitas de salmón y arroz. Todo tremendísimo. Lisa, nuestra compi de piso, se encargó del postre. En cada cuenco puso dos bolas de helado de vainilla y le vertió por encima una mezcla de frutos rojos calientes. Nos contó que era muy típico de Alemania (si quereís saber más pinchad aquí). Lo pasamos bien, como una cena en familia, y lo más importante es que Kana estuvo muy contenta.

Últimamente también estoy dedicando tiempo a ordenar el blog, sobretodo los post del principio y a darle mejor aspecto. Y mis apuntes de cocina japonesa, que siempre decía que los iba a pasar a limpio, están quedando muy bien en la libreta que me regaló Kana.

Mañana igual hacemos una fiesta de Halloween con los erasmus, a ver que pasa, ya informaré.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Costumbres alemanas I: El supermercado

En el mundo capitalista y globalizado en el que vivimos, las viejas tiendas de comida y bebidas han sucumbido ante a las grandes cadenas de supermercados que ahora aparecen en la ciudad y sus alrededores. La mayoría son multinacionales y los productos que en ellos se vende se distribuyen por todo el mundo. De esta forma tenemos, por un lado el abaratamiento del producto y por otro la disminución de diversidad de marcas y por lo tanto de identidad.

¿Que quiero decir con toda esta palabrería? Bueno, que básicamente un super de España y otro de Alemania no tienen grandes diferencias: llegas, compras lo que necesitas y lo que no, pagas y te vas. De todas formas os voy a mostrar algunas de las curiosidades que albergan estos establecimientos.

Alaaa!! Cuanto caféee!!!

Lo primero de lo que uno se da cuenta es que en todos los supermercados, y en la mayoría de las tiendas, si quieres bolsa de plástico, debes pagarla (10-20cént. según tienda y bolsa). Esto también pasa en los “LIDL” (empresa alemana) que hay en España. ¿Que se pretende con esta medida? Pues evitar el despilfarro de bolsas de plástico al que estamos acostumbrados por ejemplo en nuestro país. Hay casas donde las bolsas son rehusadas para la basura por ejemplo, y eso está bien, pero hay gente que las tira indiscriminadamente pensando que los recursos de la tierra son infinitos o algo así. Bueno, como andaba diciendo, por estos lares la gente acostumbra a ir a comprar con bolsas de tela o de plástico grueso que luego guardan en sus casas y las usan una y otra vez. Me parece mucho más respetable.


Esta concienciación medioambiental y del el reúso de envases (extendido también por el norte de Europa) la podemos ver en otra curiosidad que nos aguarda en cada supermercado: las máquinas de “Pfand”. Cada lata o botella, ya sea de plástico o de cristal, nos indica si es “pfandflasche” o no. Si lo es, significa que cuando vayamos de nuevo al super (o también en algunas tiendas) las debemos introducir en la máquina de “Pfand”. Ésta, después de leer los códigos de barras, te retorna el dinero de cada botella en forma de papelito que luego en caja puedes canjear por dinero o para que te lo resten de la compra. Normalmente son 15 céntimos las botellas de cristal y 25 las de plástico (dependiendo de tamaño y marca). Parece poco dinero, pero a la larga se ahorra. En Berlín hay mucha gente que recoge botellas por la calle y de eso “viven”. Además en Alemania la gente acostumbra a beber cualquier cosa menos agua en las comidas y eso supone un consumo enorme de envases. ¡Imaginad si todo eso fuera a la basura! Una cosa de verdad interesante del “Pfand”, es que sí montas una fiesta en tu casa, seguramente todo el mundo deje allí sus botellas y latas, y al día siguiente, después de limpiar toda la mierda de la casa, por lo menos tendrás la recompensa al canjear todos esos envases por dinero. Menos da una piedra.


La gente está bastante concienciada con el respeto por el medio ambiente y también por los demás, es por ello que en los últimos años los productos biológicos, de comercio justo, o incluso macrobióticos se han puesto “de moda”. Tanto es así, que aparte de las tiendas dedicadas a este tipo de productos, casi cada cadena de supermercados ha sacado su propia línea de productos bio. Nosotros en casa consumimos algunos de estos y la verdad es que estamos contentos con el resultado. Esta claro que es la gamma más baja dentro de los productos bio, pero aún así es mucho mejor que otros productos refinados y tal.

Otra cosa que algunos supermercados hacen, es promocionar los productos de la región. Pequeñas marcas y fábricas ponen sus productos a un precio asequible y el supermercado les da un trato especial. Los coloca en lugares vistosos y los señaliza bien como “Produkt aus unser Region”. Esta iniciativa permite ahorrar en intermediarios y ofrece a la gente productos a buen precio, además se potencia la industria local y las pequeñas marcas tienen opciones de sobrevivir entre las grandes. Nosotros consumimos algunos y hay que decir que están muy buenos.

Podría detenerme a enumerar productos que aquí se consumen y allí no y viceversa, y por lo tanto hay y no hay en un super, (como los garbanzos, que son muy difíciles de encontrar) pero para eso ya está la sección de productos autóctonos.

En fin, espero que os haya gustado mi repaso al supermercado alemán. Y no olvidéis la principal diferencia si compráis en alguno: ¡No os enterareis de nada de lo que os diga la cajera! ¡Porque ni ella sabe inglés, ni tú su alemán!

martes, 28 de octubre de 2008

Excursión en bici por los alrededores de Weimar

Los domingos son días para evadir la rutina.

El domingo pasado fue Buchenwald y esta vez ha sido una excursión en bici por los pueblos vecinos de Weimar. Tengo suerte que los fines de semana está haciendo días muy buenos, porque entre semana suele llover.

Como descubrí este pasado verano en mi pequeño viaje por algunos países de Europa, en Centroeuropa y Países Escandinavos hay un montón de cicloturismo. Esto significa que hay infinidad de rutas de bici, más y menos largas, marcadas por todo el territorio nacional. En España eso también existe, está claro. Pero creedme que la afición que hay aquí y la cantidad de rutas es bastante mayor.

Fue en un folleto turístico sobre el Weimar Land donde pude ver las 5 o 6 rutas para bici que pasan por esta ciudad, además de algunas otras rutas a pie. Una de ellas, la Feininger-Radweg, es circular y no demasiado larga (28km.). Radweg significa carril bici y Lyonel Feininger fue un pintor cubista medio alemán medio americano que residió aquí y formó parte de los principios de la Bauhaus. Pero dejando esto de lado, pues yo solo quería ir en bici a cualquier parte sin que me comieran la olla con rutas preestablecidas superculturales chachipirulis (y que conste que el cubismo es una de las vanguardias que más me gusta), me busqué en Internet desde donde empezar la ruta y allí estuve ayer a las 10 de la mañana.

Fui avanzando por un carril de asfalto que pronto se convirtió en uno de tierra lleno de hojas de arce. Al lado, también en dirección sur, la Belvedere Allee (avenida), y más a la izquierda el parque del Ilm.

Al poco estaba atravesando Ehringsdorf (un pueblillo donde, por cierto, también tienen su propia birra) y, sin haber visto ninguna señal de itinerarios para bicis, me topé, de frente, con un testimonio de la historia reciente de Alemania.

(1) Tras una verja de metal con una gran estrella roja de cinco puntas y otra con el martillo y la hoz, descansan los cuerpos de más de 2000 soldados soviéticos. Esté singular cementerio fue fundado el 30 de abril de 1946 por la administración militar soviética. Quizás era más barato enterrar los cuerpos aquí que trasladarlos a su tierra natal. El cementerio está diferenciado en grandes lápidas donde figuran los nombres de varios soldados y otras que tienen solo el nombre de uno. En este último caso seguramente se tratase de mandos militares. Pocas de estas últimas lucen mármoles nuevos o limpios, con inscripciones legibles o incluso fotos. Las demás restan olvidadas, inclinadas y sucias. Como curiosidad: Jorge Semprún estrenó aquí una obra de teatro en el 95.

Este cementerio está dentro del Schlosspark Belvedere, un parque gigantesco que también sigue el curso del Ilm. Esta vez a su paso por el Belvedere Schloss (2), un “palacio de verano” barroco de 1732 que se lo hicieron construir los duques de Sajonia-Weimar para recrearse en su riqueza y hacer fiestas. Con jardines a lo británico, un pequeño laberinto de arbustos, un invernadero (Orangerie), etc.

Seguí avanzando de forma intuitiva hacia el interior del parque y en dirección al Ilm. En algunos momentos dudé si eso era un parque o un bosque, pues a pesar de que los senderos están demasiado bien señalizados como para serlo, la cantidad de vegetación, diversidad e incluso fauna es sorprendente. En este lugar, cruzando el río por un puentecillo de madera y subiendo a un pequeño montículo de tierra (3), hice un alto en el camino para comer un poco de pan con salchichón. Desde allí veía a la gente pasear, se notaba que era domingo, pues había mucha gente.
Sin demorarme mucho, pues el frío aprieta cuando uno está parado, volví a subirme a la bicicleta. Crucé de nuevo el río y seguí a la derecha, pues en esa dirección creía que iva a encontrar algo… no sé, una señal. Pronto vi coches aparcados en los arcenes de una carreterilla y fui hacia ella. Seguí la carretera en la dirección que creía que me alejaba de Weimar, más al sur, para que nos entendamos. Otras cosas no, pero considero que tengo buena orientación. Y la verdad es que cuando atisbé el cartel del siguiente pueblo, Vollersroda, que ciertamente estaba más al sur, dí gracias por tener esa virtud.

(4)Por dicho pueblo se suponía que tenía que haber pasado con la ruta de Feininger. Así que en ese momento se me planteaba coger la ruta hacía la derecha o hacía la izquierda (recordemos que la ruta era circular) para volver a Weimar. Decidí seguir la ruta hacia el sur y luego a la izquierda, pasando de esta forma por el pueblo de Buchfart.

(5) En verdad la ruta no pasa por mitad del pueblo, sino que lo ladea. Pero yo quise entrar y echar un vistazo. En este pequeñísimo pueblo que no alcanza los 200 habitantes, hay un puente de madera con tejado, como si fuera una casa. Dicho puente data del 1613 y la “casa” se construyo en 1816. Pasado el puente se veía un edificio de piedra con un viejo molino de agua. Y finalmente, tomando como referencia el campanario, llegué hasta la pequeña capilla del pueblo. Todo tenía un aire de antaño, un pueblo de esos donde parece que el tiempo pasa más despacio para ellos.






Retomé la ruta y cuatro kilómetros más tarde llegué a Oettern (6), otro pueblo pequeño de casas de piedra y vigas de madera. Esta vez sus habitantes parecían dedicarse a los trabajos del campo y a la ganadería. Veo por primera vez vacas de las Highlands, esas curiosas vacas de pelaje marrón y largos cuernos. Y hay muchas señales de tráfico que aluden al hielo y a la nieve, así que imagino que en este lugar debe permanecer la nieve largo tiempo. Ya saliendo de allí me encuentro con un divertido merendero con animales hechos de madera para que jueguen los niños. Seguramente mientras sus padres se ponen finos de bratwursts y cerveza.

Vuelvo a la ruta, cruzo por debajo de la autopista y llego al final del carril bici. Miro por todos lados pero ni una indicación. Callejeo un poco por esta zona a las afueras de Mellingen (7)y encuentro una señal. Al poco veo unos ciclistas en dirección contraria y rápidamente encuentro el camino de vuelta a Weimar. Descubro que por aquí es por donde debí ir para empezar la Feininger-Radweg por la mañana, pero bueno, si así lo hubiera hecho, me hubría perdido el cementerio soviético.


Antes de terminar mi jornada ciclista, el destino (o la suerte) me guardaba otra sorpresilla en el parque del Ilm. (8) Allí descubrí dos cuevas que no había visto antes. Bastante amplias y oscuras por dentro. Parecen haber sido creadas de forma natural y se asemenjan a auténticas entradas de dungeon. A una le han hecho una entrada con columnas y dintel a modo de puerta camino a las profundidades de la tierra. Muy chulas.

Finalmente, agotado después de estos 24 km en bici, pero más contento que unas pascuas, vuelvo a casa. ¡Hacer deporte, aprender, la naturaleza, viajar y descubrir nuevos sitios!¡Cinco de mis cosas favoritas en un solo acto! ¿Que más se pude pedir?

Bonus: Como soy un friki, he hecho un mapa de la ruta que acabé haciendo el domingo. Los números concuerdan con los que he ido poniedno a lo largo del relato. jajjaja!! Anda ke no tengo tiempo libre!

viernes, 24 de octubre de 2008

Rave en el Klock11

Normalmente cuando se habla de "rave", uno se refiere a una fiesta ilegal en algún lugar al aire libre o nave abandonada o así. Básicamente una fiesta clandestina. Es decir, un grupo de jóvenes (o no tan jóvenes) montan un equipo de sonido, avisan a too dios y se hace una fiesta que solo termina o por cansancio o por la policía, una de dos.

Por extensión algunas discos ponen de título a sus fiestas la palabra "rave", aunque no necesariamente sean ilegales.

Así salio una de las fotos dentro del local, son cosas que pasan con el obturador abierto durante 1 segundo, sin flash y sin dejar de bailar.

El Klock 11, no es exactamente una discoteca comercial, sino más bien una nave industrial al norte de Weimar, donde un grupo de jóvenes montan fiestas y otras actividades culturales. Pero no creo que fuera ninguna rave ilegal.

Aunque no fuimos muchos nos lo pasamos teta. Estuvimos allí botando Silvia, Anna, Francesco, Xavi, Nana y yo. Los dj’s eran principiantes, pero nos pusieron techno y hardtechno del bueno y como siempre acabamos haciendo la cabra loca. Se tenía que pagar 3€ pero había baño, calefacción, un peazo de equipo de sonido y de todo, así que más que para sacar beneficios la pasta era para pagar todo aquello. Había también una zona de descanso con sofás, una mesa de ping pong dentro de la discoteca!! (la primera vez que lo veo) y lo que está muy bien, aparte de bebidas con y sin alcohol, vendían snacks.

No acudió mucha gente, pero el ambiente era genial y teníamos mucho espacio para bailar, cosa que no suele pasar en otros lados.

Habilitaron, además, un bus de ida y vuelta a 50 céntimos. Y es el bus más cachondo que he visto en mi vida. Del año de “mariacastaña”, con pintadas por fuera y por dentro luces de discoteca y un dj con el portátil pinchando allí mismo. Jajja!

Xavi, Anna y Nana dentro del autobús... fijaros en la pegatina exterior de: "TO HELL"

Aviso que en el video apenas se aprecia nada, había muy poca luz para mi cámara, pero por lo menos os hacéis una idea de la fiesta que se montó allí.

Extraña cotidianidad del buscador de trabajo

Salir casi cada mañana a dar una vuelta, mirar si hay carteles de “se necesita …” (aquí "... gesucht"), preguntar, observar, comprar en el mercado o en el super. Cocinar. Y por la tarde estudiar alemán, escribir, dibujar, intentar dar con la idea multimillonaria que nos mantenga de por vida… Y ya de forma más eventual, hacer ejercicio, salir de fiesta, ir al bosque, montarnos alguna visita cultural…

"Ich suche arbeit."

No sé si años más tarde de dejar Alemania, me acordaré de "Hallo" o "Guten Tag", pero lo que seguro que no se me olvida es como pedir trabajo.

Si ya es una tarea laboriosa y nada gratificante buscar trabajo en tu propio país, buscarlo en el extranjero, con un idioma distinto al tuyo, os podéis imaginar. No solo tienes que conformarte con hacer un tipo de trabajo en concreto que seguramente no te agrade demasiado y cobres poco (por lo menos al principio hasta que no domines el idioma), como por ejemplo limpiar platos. Sino que además cualquier autóctono, por torpe o impresentable que sea, está por encima de ti en la elección por parte del jefe o jefa del negocio.

Como esta chica, hay un momento en el que ya no sabes que más hacer para proclamarlo a los cuatro vientos. Entonces en mitad de tu locura sales a la calle con un cartón en la espalda y otro en el pecho colgando de los hombros que rezan "Busco cualquier tipo de trabajo. Por favor, hable/n conmigo!"

Intento no derrumbarme y creo que la constancia dará sus frutos, pero cada vez que alguien te dice: “Muy bien, déjanos el teléfono y ya te diremos algo”, me siento como si me acabaran de clavar un puntapié en la espinilla. Prefiero que me digan: "mira no te cogeremos porque no sabes suficiente alemán", a que me den falsas esperanzas. Luego te ves como un tonto a ti mismo mirando el móvil cada pocas horas o comprobando si hay línea en casa.

En fin, como decía el sabio campesino de mi cuento favorito (un viejo cuento taoísta): “Una desgracia a veces trae consigo un beneficio. Ya veremos”. Seguro que era un viejo que siempre se reía. Me imagino su silueta con un arado en la mano, observando la puesta de sol desde sus campos, mostrando su escasa dentadura al horizonte y riéndose a carcajada limpia.

Cambiando de tema, Nana y los demás erasmus por fin han empezado las clases. Las de sus respectivas facultades más idiomas y deportes en algunos casos. Pero tampoco os penséis que trabajan mucho. Los de Bellas Artes van como 2 o 3 días a la semana a clase. Estos sí que viven bien!

La dinámica fiestera que llevaba el grupo al principio se ha reducido a jueves, viernes y sábado, aunque no siempre. Yo con una buena fiesta por semana me basto así que para mí la cosa sigue más o menos igual.

Con tanto tiempo libre, hemos hecho un montón de platos nuevos, a ver si poco a poco voy subiendo las recetas de los más interesantes. Un día hicimos hasta un bizcocho con cobertura de chocolate. Era bien sencillo, pero estaba tremendo.

También he dibujado bastante y estoy investigando como hacer xilografías.

Ahora os dejo un post con la crónica de la rave a la que fuimos ayer y mañana otro con el cómic que terminé el miércoles.

jueves, 23 de octubre de 2008

El escaramujo y los alemanes

Parece que en los últimos días solo veo cosas relacionadas con este curioso fruto.

Bueno, como os contaba, en Alemania se usa bastante, en el Zwiebelmarkt de Weimar vi desde patés hasta complementos alimenticios para las articulaciones. Otra cosa que cuando la vi no pude estar sin comprarme fueron estos caramelos . Mmmm! Están buenos! Un sabor raro… pero bueno!


No sé si llegaré a conocer todos los usos que se le dá a este fruto y planta, ni la relación que guardan con ella los Alemanes, pero es cierto que no solo la comen, toman o saborean, también decoran escaparates, candelabros, centros de mesa...

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Mermelada de Escaramujos

Mermelada de Escaramujos:

Me acabé la jalea y volví a recoger escaramujos y esta vez quise probar a hacer una mermelada, aquí tenéis mi experiencia:

Limpiamos los frutos de la misma manera que si fuéramos a hacer la jalea, es decir, quitarles las pepitas y los pelillos, y lavarlos bien bajo un chorro de agua. Cuando estén limpios, ponerlos en una olla y agregarles agua (hasta casi cubrirlos) y una pizca de sal. Cocerlos a fuego medio/bajo durante 1 hora o hasta que la pulpa empiece a deshacerse (puedes ayudar chafando los frutos con un tenedor). Sin apartarlo del fuego añadir jugo de limón (un chorrillo) y azúcar blanco o fructosa (casi la mísma cantidad que de escaramujos). Cocer 15 min. más y echar una pizca de canela en polvo.


Otra opción es poner una rama de canela y algunas cortezas de limón desde el principio de la cocción en lugar de el chorrillo de jugo ni la pizca de canela. Eso ya es al gusto...

Al terminar tiene que haber quedado un mejunje de parecido espesor a la mermelada comercial. Pensad que al enfriar se solidificará un poco más.

Aún con la mermelada caliente, pasadla por un colador o un chino con el fin de quitar las pieles. Si se las dejaís no pasa nada, solo que cuando la comaís igual os molesta encontroslas.

Poner la mermelada, aún caliente, en un bote de cristal que esté totalmente límpio y que haya hervido 15 min. en agua junto con su tapadera (es una manera de "esterilizar" el bote). Entonces cerradlo fuerte y si es posible volved a hervir este bote ya lleno durante otros 15 min. Se formará el vacío por sí solo y si lo hemos hecho todo correctamente la mermelada puede durarnos hasta 6 meses cerrada y en un lugar seco y oscuro.


Abierta os durará varias semanas en la nevera, sin problema. La hice hace quince o veinte dias y sigue igual de buena que el primero.

Como ya dije en artículos anteriores (pero muy importante de recordar): Quitar bien los pelillos no es ninguna tontería, sobretodo si se come en crudo, pues el sobrenombre de "gratacul" en catalán o "escarbaculo" en castellano no es casual. Como he leído por ahí: “Quien ingiera dichos pelillos, después de salir indemnes de todos los peligros de las vías digestivas, se despiden de su huésped propiciándole un picor en torno al orificio anal.”

Como suele decir mi colega Juanma: ¡¡Salud y buenos alimentos!!

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lunes, 20 de octubre de 2008

Primera visita a Buchenwald

Hablar de Buchenwald es hablar de palabras mayores. En el corazón de un bosque, un lugar maldito.

Cerca de Weimar, tan solo a unos 5 o 6km. hacia el norte, hay un precioso bosque de hayas (“buchenwald”, en alemán). Ahora no ocupa gran extensión de terreno pero hace años el bosque llegaba hasta la ciudad. Debía ser un lugar enorme. Con el suelo cubierto de ramas caídas, rocas, hojas secas y musgo. Como techo, las copas de estos altos y fuertes árboles de clima templado, filtrando los rayos de luz solar y creando de tal forma una atmósfera casi mágica dentro del bosque.

Un día unos señores muy malvados, con el deseo de establecer su supremacía en todo el mundo, cortaron muchos árboles en el corazón de este bosque. Con los árboles construyeron casernas que al poco tiempo se convertirían en la pesadilla de millares de personas acusadas de ser seres inferiores (judíos, homosexuales, gitanos, etc.). Era julio de 1937 y el partido Nazi decidió establecer en este apartado lugar lo que acabaría siendo uno de los campos de concentración más grandes de todo el holocausto.

Motivos por establecerse aquí. Muchos, desde la existencia de una cantera de piedra en la que lógicamente obligaban a trabajar a los presos, hasta que a Hitler le encantaba Weimar por ser notable representante de la cultura y el buen gusto alemán (la ciudad de Goethe y Schiller). Además en dicha ciudad había numerosos grupos políticos de extrema derecha que apoyaron enseguida la iniciativa de Hitler.

Por poco que me guste esta etapa de la historia y aún menos este tipo de lugares, algo en mi interior me empujó a ir a visitarlo. Una frase que le gusta a mi amigo Raül y de la que siempre me acordaré dice que “si un pueblo no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Leer la barbarie que acometieron hace años un grupo de personas puede que te haga poner los pelos de punta, pero estar allí, en ese lugar donde han muerto alrededor de 56.000 personas de semejante forma, no hay palabras para explicarlo.

Ayer domingo, decidido y con todo el día por delante, me preparé un bocadillo, cogí un botellín de agua, la cámara de fotos y me encaminé hacia el bosque. Fui andando colina arriba, durante esos 5 o 6km. con la carretera a un lado y el bosque a otro.

Una hora más tarde llegué al cruce donde hay un obelisco que indica la proximidad de Buchenwald. Siguiendo recto, el camino te lleva hacia Ettersburg (un pequeño pueblo al lado del bosque), y a la izquierda empieza la calle “Blutstrasse” (calle de sangre), que va directamente hasta el campo de concentración.

Como os podéis imaginar por su nombre, la calle fue construida por los presos del campo entre el 38 y el 39. Más tarde, en el 43, también con los trabajos forzados de los prisioneros se construyó una línea de ferrocarril casi paralela a la mentada calle.

Las vías se quitaron y ahora el camino se ha conservado como un memorial. Sin dudarlo me metí por esa ruta que atraviesa el bosque. La imagen es bellísima, todo el suelo está cubierto de hojas y a lado y lado de vía tan solo bosque. En un determinado momento una especie de mazacotes de hormigón se alzan a izquierda y derecha del camino, quizá sirvieron para un puente encima de la vía de tren, o tan solo como puntos de vigilancia, quien sabe. En este punto me detengo e intentando dilucidar el uso de esos vestigios del pasado, me zampo el bocata y descanso unos minutos.


Sigo la andadura y llego a un rótulo indicativo. Por el suelo ya se ven trozos de metal de los antiguos raíles, así como tornillos y piezas de hormigón. El cartel indica un cementerio en mitad del bosque. Delimitado por pequeñas maderas y señalizando con cilindros metálicos de unos 2m. de altura cada una de las fosas en el suelo, aquí están enterrados los presos que murieron en el Campo de Concentración Buchenwald nº2.

Os cuento, en el 45 terminó la Segunda Guerra Mundial, pero no la locura de Buchenwald. El campo fue liberado por las fuerzas aliadas y los soviéticos (a quien perteneció, como sabemos, el este de Alemania) se quedaron con el lugar. Paradójicamente usaron el campo para internar a alemanes y le llamaron Campo de Concentración Buchenwald nº2. Funcionarios del NSDAP, el estado Nazi, líderes y miembros de las Juventudes Hitlerianas, las Waffen SS, la policía, criminales de guerra y la Wehrmat eran condenados a sufrir lo mismo que ellos habían hecho pasar a otros. Murieron aproximadamente 7.113 de estas personas y fueron enterradas en fosas comunes en una zona del bosque, cerca del campo. Finalmente en 1950 el campo fue clausurado, pero la petición por parte de los alemanes a que se hiciera un memorial en este lugar fue denegado. No fue hasta el 89, con el fin de la ocupación que se colocaron estos cilindros numerados y esta placa reconociendo este peculiar cementerio dentro del bosque.


Prosigo mi camino y a los pocos minutos se termina el bosque y llego a lo que fue la estación de tren de Buchenwald. No queda ningún edificio, solo algunas vías y parte de los andenes. A la derecha se abre la visión del campo de concentración. Al que le hecho un vistazo por encima. Hay bastante gente, mi cámara de fotos se ha quedado sin batería y quedan un par de horas para que cierren el lugar. Así que decido que, teniéndolo “aquí al lado”, quiero hacer una segunda visita con más tiempo. Cojo el autobús y vuelvo a casa.

Se me ha quedado grabada en la memoria la cara de un niño de unos 14 o 15 años a los que sus padres (hablaban alemán, por lo que deduzco que alemanes serían) le estaban contando de que iba todo aquello. El chaval miraba el suelo con cara de no entender muy bien porque había sucedido, pero sabía que no era algo bueno, sus ojos estaban tristes, igual que los de sus padres mientras se lo explicaban.

La gente anda en silencio, observa los edificios y agacha la cabeza. Se respira el mismo ambiente que en un cementerio. Todo es demasiado reciente…

Continuará…

Foto-bonus:
Es tan solo una anécdota, y no sé los años que tendrá esta institución, pero vamos, es un poco macabro encontrarte que de camino a Buchenwald esté el club de tiro de Weimar.

sábado, 18 de octubre de 2008

El otoño alemán

El suelo, por donde quiera que mires, está lleno de hojas.
No sé si en España ya estará igual de avanzada la cosa, pero aquí el otoño se ha sucedido súbitamente.

Quizá porque es uno de los primeros otoños de mi vida en el que tengo tanto tiempo libre o porque aquí el otoño se deja ver más de cerca (grandes parques dentro de la ciudad, etc.), he de reconocer que nunca le había prestado tanta atención a esta época del año. Y ahora que la he descubierto me encanta. Uno pasea por el parque y los colores te inundan la mirada. Amarillos, rojos, marrones, verdes,... cada árbol y planta a su manera, se despedirse de la época de sol. Algunos llevan semanas con la tarea y otros se han visto desplumados en un par de días.

Por otro lado están los frutos y alimentos propios de otoño.
Aquí, a pesar de no haber tanto bosque, también hay mucha afición a las setas. Los champiñones no están demasiado caros y en la feria había varios puestos dedicados solamente a vender porciones de setas salteadas. Luego también están las calabazas, que las hay de todos los colores, formas y tamaños. El saúco (holunder) él cual abunda por estas tierras y con el que hacen desde pasteles hasta bebidas. Y el escaramujo, del que ya os hable hace unos cuantos posts. No sé si estarán al caer o qué, pero echamos de menos las castañas y los boniatos. Bueno, boniatos vi en un super, pero por el precio me figuré que no eran de por aquí.

Lo del frío y la lluvia, es lo de menos, rápidamente uno se acostumbra a que cuando sales a la calle tienes que ponerte tres capas de ropa mínimo, y muchas veces la última debe ser impermeable. Los paraguas son relativamente usados, pues muchas veces la lluvia va acompañada de viento. El otro día vi un invento, sencillo pero útil, para apaliar el típico efecto de que el paraguas se te gire de una ventada. Se trata de ponerle una cuerda tensada de un extremo al otro, con el paraguas abierto, claro está. Así de fácil.

Volviendo a la impronta que te dejan los colores y la belleza del otoño, algo a lo que nunca le había prestado tanta atención como ahora, he estado haciendo dibujos y collages sobre el tema. Ayer viernes nos fuimos al parque con ganas de hacer algún tipo de intervención artística, sacarle unas fotos y pasar así la mañana.



Cual paciente araña, Nana tejió una telaraña psicodélica de color rosa fosforito entre tres árboles que restaban muy juntos. Le quedó muy bien y jugando con el conjunto de líneas que se dibujaban en el espacio, sacó unas fotos muy buenas. Al terminar lo dejó todo tal cual lo había encontrado.

Yo amontoné hojas y hojas de arce encima del césped y luego las coloqué formando una gran y única hoja de arce gigante. La idea me pareció buena, pero le faltó fuerza al resultado. Lo hice todo con las manos, así que quizá con un rastrillo pudiera haber hecho una hoja más grande y me hubiera quedado mejor. A pesar de eso, fue una buena toma de contacto y una buena experiencia.



Welcome Party en el Schützengasse Studentenclub

Sesión friki donde las haya. El dj se merece un premio.

El jueves por la noche fuimos a la fiesta de bienvenida que organizaba la universidad conjuntamente con este club. Nos saltamos la comida que hacían y llegamos cuando ya empezaba la fiesta. Como suele ocurrir en las fiestas, la cosa empezó flojita pero al final todos acabamos dando brincos y haciendo el gamba. No sé si cambiaron de dj, pq la cabina apenas se ve en esa sala, pero primeramente los temas no animaban demasiado, en cambio la cosa fue in crescendo y acabó siendo una de las sesiones más divertidas que he bailado en mi vida.

Intercalando temas remember con música balcánica e intros de series de la infancia. Vamos una sesión friki, en que a cada tema la sala se volvía medio loca, ya fuera por estar bailando cual polka rusa, por que de pequeño veía esos dibujos o porque en sus años mozos había bailado ese tema. Uno de los momentos cumbre fue cuando pusieron la de Kalashnikov, es la primera vez que la oigo en una discoteca, y la gente se lo pasó teta pegando botes. También hubo un momento genial, cuando pincharon un par de temas Panjabi y 4 o 5 hindúes se pusieron como locos. Jajjaja! Hacía tiempo que no veía una cara de felicidad absoluta como aquella.


A mi me pasa siempre lo mismo con los temas remember de los 90, y es que se los ponía a mi madre en las clases de aerobic, cuando yo todavía era un púber. Así que aunque no las bailé, pues apenas tenía 11 o 12 años, las conozco todas. Como aún íbamos con cassetes yo se las pinchaba y las retrocedía o avanzaba, a cambio me compraba la merienda en la tienda de chuches, jajjaa.

Os dejo algunas de las canciones que nos pusieron, disfrutadlas!

Frikis: Heidi en alemán , Gummibären

Balcánicas: Kalashnikov (os pondría más, pero no me sé los títulos)

Hindúes: Panjabi MC , Dalar Mehndi-Tunak Tunak Tun (el videoclip no tiene desperdicio)

Remember: Rhythm is a Dancer , No Limit , Pump Up the Jam

martes, 14 de octubre de 2008

Vuelta a la "rutina" weimareña y Zwiebelmarkt 2008

Bueno, después de este pequeño periplo por República Checa, hemos vuelto a la “rutina” de Weimar. La verdad es que no he hecho gran cosa desde entonces. Descansar, escribir, dibujar…

Al día siguiente de llegar de viaje fuimos a la lavandería por primera vez. Ya os comenté que nos habíamos quedado sin lavadora así que tuvimos que acudir allí. La cosa fue más fácil de lo que pensábamos (tened en cuenta que las instrucciones están en alemán y era nuestra primera vez). Lo que dá mas palo es tenerte que llevar y traer la ropa, pues no esta muy cerca que digamos.
-Oh! Mira como da vueltas! XD

Mientras la ropa se lavaba fuimos a la biblioteca de la ciudad para hacerme el carnet y poder pillar así pelis en alemán (para ir practicando y tal). Di mis datos, me pidieron si estaba empadronado, pagué 4 euros por ser estudiante (eso dije) y obtuve la tarjeta. Con ella pude llevarme a casa “Good bye Lenin!”, un documental sobre la historia de Weimar”, un libro de cuentos rusos en español y el primer cómic de “Werner”.

Si el escudo de Weimar ya molaba, esta vez el león parece que va puesto de ácido mientras lee. O eso o se ha pillado un libro de imágenes 3D.

Aprovecho para recomendar la de “Good bye Lenin!”a todo aquel que todavía no la haya visto, está bastante chula. Y lo que también me gusto mucho fue el cómic de “Werner”. En España no se ha publicado nunca, quizás por que hay muchos juegos de palabras y es un humor un tanto peculiar, no sé. El caso es que aquí es muy famoso, tiene como unos 13 libros y 4 películas. Tan famoso como en España Mortadelo y Filemón. Aunque este personaje es bastante más macarra. Se trata de un motorista sin trabajo al que le encanta hincharse de birras y siempre la acaba liando allí donde va, sea con la poli o donde sea. Cuando cogí el libro en la biblioteca me vino algo a la memoria, yo ya había visto ese personaje en alguna parte. Claro que lo había visto, hace ya algunos años atrás, Patrick, que es medio austríaco, me enseñó un video del “you tube” sobre este personajillo alemán. Aquí podeís verlo. Tras recordar eso lo pillé sin dudarlo ni un segundo.

Es curioso cuando pasan estas cosas, un hecho del pasado (que parecía no tener más desarrollo) te marca una elección en el presente y entonces se retoma el hilo. Supongo que con los años me irá pasando más veces, pero me gusta la sensación. Quizá solo me pase a mí, que tengo una memoria horrible y cuando consigo acordarme de algo lejano soy el primero en sorprenderme gratamente.
Este pasado finde, concretamente desde el día 10 hasta el 12, ha tenido lugar la fiesta más grande que se celebra aquí en Weimar. ¿Y en motivo de que? Pues por muy friki que suene, en motivo de la cebolla. De hecho se llama “Zwiebelmarkt” (mercado de la cebolla). Y por todo el centro de la ciudad se ponen puestecillos de comida, bebida, productos típicos, ornamentaciones para la casa, artistas callejeros, gente vendiendo globos, garrapiñadas… y hasta montaron una noria. Vamos una feria, pero en su vertiente alemana. Eso quiere decir que hay puestos de salchichas en vez de churrerías. Mucha gente borracha, y no hablo solo de jóvenes.

Lo que hacen aquí, eso sí, es que la feria no se concentra en un lugar apartado, sino que pasa por las calles y plazas principales. Además con 5 o 6 escenarios para conciertos funcionando a la vez.

Nosotros fuimos el primer día por la noche, comimos bratwursts y bebimos birra como es debido. Luego fuimos a ver alguno de los conciertillos pero no hubo nada que fuera demasiado espectacular. Además vimos a unos que imitaban a los “Kiss” (ropajes y pintura incluidos) y otros que tocaban los temas de los “Red hot chilli Peppers”. Mucho freak suelto.

Al día siguiente fui por la tarde al mercado de la cebolla y le compré a Chema, como me había encargado, un cuerno de esos donde puedes beber cual enano de Moria. También compré ajedrea para tener en casa. Por la noche empecé a encontrarme mal, dolor de barriga.

Y eso hasta hoy, que ya estoy bastante mejor gracias a los milagros de la dieta blanda. Pensaba que estaba incubando un resfriado o algo por el estilo, pero resulta que seguramente ingerí algo en mal estado. Pero bueno, tras dos días de arroz blanco, sopita de pollo, tostadas e infusiones de tomillo por doquier, ya tengo mejor la tripa. La verdad es que si me hubiera tomado algún medicamento quizá todo hubiese ido algo más rápido, pero aquí necesitas receta para cualquier cosa, ¡seguro que quieres unos “Ricola” y te piden receta!

En fin, por lo menos he sacado provecho a estos días, he escrito todo lo de república checa y he aprendido a hacer una buena sopa y manzanas al horno. Por contra, me he perdido los dos días de más sol desde que estamos aquí!

Como bonus-track de hoy, una de las paradas más frikis que había en el mercado. Exclusivamente dedicada al ajo. Incluso había licor de ajo. Puajjj! No quiero ni imaginarme como sabrá eso!

jueves, 2 de octubre de 2008

"Il dolce far niente"

Empieza mi segundo mes aquí y lejos de alcanzar una rutina, las cosas se ponen interesantes.

El lunes, todavía día 30 de Setiembre, vinieron los padres de Tina, la compañera que se va, y les ayudé a bajar muebles y cajas. Lo más duro fue subir la lavadora del Keller, no solo pq pesara mucho, sino pq nos quedábamos sin. Tras descubrir que Tina tenía potestad sobre demasiadas cosas de la casa, empezamos a enumerar lo que nos harían falta. Pero no es cuestión de ponerse a comprar de todo, ni por el dinero, ni por acumular cosas (que luego tampoco podríamos llevaros a “¿casa?”), y sobretodo pq no me apetece ser un consumista descerebrado.

Por la tarde recibimos un mail de Lisa (la chica que va a entrar en la habitación que ha dejado Tina), diciéndonos que llegará el domingo y que no tiene ningún problema en que se quede Kana a vivir con nosotros. Sí, tenemos una japonesa viviendo en casa. Os cuento, el día que vino a comer nos explicó que en Octubre se quedaba fuera de la residencia y que tendría que irse a un hostal o algo, pq en ningún lado le alquilaban una habitación por un mes (tiempo que le resta aquí en Weimar). Nana y yo nos miramos, y como madres de Calcuta que somos, le ofrecimos que se quedara en nuestra casa por ese tiempo.

Llamamos a Kana al momento y le dimos la noticia. Por la noche estábamos subiendo sus cosas por la escalera. Por lo visto las suyas y las de su amiga Akiko, que pensábamos que solo venía a ayudarla y se acabó quedando cuatro días en casa, hasta hoy vamos. Jajajaja! Creo que recordaré por mucho tiempo la cara de Nana mientras me decía: “¿Que hemos hecho? ¡¡Hay dos cepillos de diente en el baño!!” Pues sí, después de que Nana pasara una noche fatal pensando que la había cagado invitando a Kana (por su falta de respeto), al día siguiente y sin nosotros decirle nada, esta nos pidió perdón por no habernos comentado lo de Akiko. Bueno, después de hablarlo un poco dejamos quedarse a esta chica hasta el jueves.

Todo esto ocurría el martes, cuando, por cierto, preparé unos fideos chinos que quedaron riquísimos. Apenas tenemos vasos pero tenemos Wok tremendo, así están las cosas.

Aquí los tenéis, Nana los coció mientras yo puse a macerar el pollo a trocitos en aceite, ajo y limón. También llevan puerro, col rizada, zanahoria y jengibre rayado. Vaya pechaá de comer! Ole!

El martes noche reciclé una manta y el miércoles por la tarde varias tazas y tazones. La mayoría son hechos aquí pq ponen: Made in GDR. Tenía esperanza de encontrar algo de fruta o verdura, pero nada. Os debo el post del reciclaje, no os preocupéis, me acuerdo.

El miércoles por la noche hicimos una coliflor con bechamel gratinada al horno. ¡Increíble! Fácil, rápido y delicioso. Nana hizo la bechamel con leche de soja (pq yo no tomo de la de vaca), y quedó igual de bien o incluso mejor! Creo que es la primera vez que como este plato. Otro día le queremos añadir queso, cebolla ó jamón York, o las tres cosas, jejeje!


Tanta foto de comida es pq así las madres saben que comemos bien. Que sí mama! Que sabemos cuidarnos! O algo.

Hoy jueves, bueno y ya ayer por la noche, hemos estado mirando por Internet como ir a Praga, donde alojarnos, precios y demás. Sí, sí, sí! Nos vamos a la República Checa! Desde Weimar a la frontera hay como unos 200km. y hasta Praga unos 300km. Claro, eso por las carreteras más directas. Pero con el tren pues nos tiraremos todo el día de viaje. Nos saldrá muy barato (o eso esperamos) pero iremos con regionales, haciendo trasbordos y mierdas de esas. Pero bueno, como reza el título del blog, sin prisa pero sin pausa. No os adelanto más cosas. Ya os contaré como ha sido toda la experiencia si no se tuerce nada. Solo deciros que no voy a postear hasta que vuelva, contad el martes de la semana que viene mehr oder wenig.

Mañana es el día de Alemania, y yo me voy a otro lado, jajja. Pero por lo que sabemos no lo celebran de ninguna forma especial, vamos que es como en España el día de la constitución…

Bueno, ¡que paséis un buen finde!

Os dejo un bonus track del copón, esto no se ve todos los días! Esta especie de cartel raro está en la cocina de casa de Andrea, Silvia, Maria y Paula (erasmus españolas). Cuando pregunté por él me dijeron que el hombre que se lo había dado decía que servia para conseguir mujeres o "nosequé", la verdad que ellas tampoco debieron enterarse pq supongo que se lo dijeron en alemán. Si alguien sabe de que se trata, agradezco cualquier tipo de ayuda!

miércoles, 1 de octubre de 2008

Street Art II: pegatinas callejeras

Como sé que os gustó la primera entrega, hoy os he preparado unas fotos de pegatinas callejeras, de esas curiosas que me voy encontrando por aquí. Ah! Me gustaría recalcar que es solo un reflejo de las cosas que me encuentro en el día a día, que yo las cuelgue en Internet no significa ni que esté a favor ni en contra de la ideología o pensamientos que promuevan, eso ya sería otra historia.



Vale, ahora toca un tema complicado. Aquí hay bastantes grupos anti-nazis, como este que veis en la pegatina. Yo al leer Nacional Socialistas: grupo de acción, dije: ok, estos son unos nazis del copón, pero luego indagando en internet, pues resulta que son todo lo contrario. Siempre repudié las mierdas estas de radicales, incluso aunque estén en contra de los nazis, pq en definitiva son igual que ellos, un grupo de niñatos deseando pegarse de ostias con cualquiera.



Otra pegatina un tanto chunga. Dice: "Agrede a los Metros (refiriéndose a los metrosexuales), Siempre y por encima de todo!" Eso de "Immer und überall" es una coletilla que les encanta poner. Igual se la ponen a esto como detrás del nombre del equipo de futbol que les gusta, o de lo que sea. Es algo así como un grito de guerra.


Con la traducción de esta no me aclaro del todo, si alguien me hecha un cable... Dice algo así como que "No tengo ningun deseo más... "


Continuará...